Phil Danault se niega categóricamente a hablar con los medios de comunicación de Quebec. Sin embargo, toda la provincia quiere conocer sus impresiones, en particular sobre Marc Bergevin, ex director general de los Habs y actual asesor de Los Ángeles.
Pero este silencio de Danault huele mal.
Según varias fuentes, está claro que Marc Bergevin, fiel a su estilo de control demasiado intenso, habría impuesto el silencio a Danault.
Los rumores sugieren incluso que Bergevin le amenazó con represalias si se atrevía a conceder entrevistas a los medios de comunicación quebequenses.
Esta situación plantea interrogantes inquietantes sobre la dinámica de poder ejercida por Bergevin, no sólo en Montreal, sino también en Los Ángeles.
El contexto es aún más tenso desde que Marc Bergevin, después de tres años de silencio, prefirió hablar en un medio de comunicación angloparlante, The Athletic, en lugar de responder a los periodistas quebequenses que, sin embargo, se pusieron en contacto con él en numerosas ocasiones.
Este asunto se suma a nuevas revelaciones explosivas hechas por el periodista Martin Leclerc, quien afirma que Bergevin, cuando era gerente general de los Canadiens, amenazó sistemáticamente a los jugadores francófonos para evitar que la información se filtrara a los medios.
“Los jugadores francófonos vinieron a su oficina antes del inicio de la temporada. Les dijo: “Si hay cosas que pasan en el vestuario que salen en los medios y nos damos cuenta que sois vosotros os vamos a abrazar… ¡fuera!”. »informó Martin Leclerc en BPM Sports.
Leclerc también señaló que la paranoia de Bergevin no se extendía a los jugadores de habla inglesa, lo que reforzó un sentimiento de injusticia entre los miembros del equipo de habla francesa.
El silencio de Danault, en este contexto, alimenta la especulación.
¿Por qué se niega a hablar con los medios de Quebec? ¿Teme las consecuencias de un posible enfrentamiento con Bergevin?
Esta historia huele a manipulación y plantea dudas sobre la ética del ex director ejecutivo.
Marc Bergevin, al romper su silencio en un medio de comunicación de habla inglesa, puede haber recuperado involuntariamente sus demonios, como afirma el periodista del Journal de Montréal Marc De Foy.
Sus confesiones reavivaron las discusiones sobre su estilo de gestión autoritario y el ambiente tóxico que supuestamente creó durante su reinado en Montreal.
Es sorprendente cuánto parece haber cambiado el ambiente desde la llegada de Jeff Gorton y Kent Hughes como entrenador de los Canadiens.
A diferencia de Bergevin, estos últimos no dudan en delegar y no son tan omnipresentes ni intimidantes. Esta nueva era parece marcar una ruptura con la atmósfera tensa de los años de Bergevin.
El silencio de Phil Danault deja dudas. ¿Está simplemente siendo cauteloso o está cediendo a la presión de Bergevin?
Esta negativa a hablar con los medios de comunicación quebequenses corre el riesgo de ser percibida como una traición por los partidarios de los Canadiens, que esperaban una mayor transparencia por parte de uno de los suyos.
Esta saga demuestra los efectos persistentes del reinado de Marc Bergevin desde Montreal hasta Los Ángeles, incluso años después de su partida.
Su influencia, todavía visiblemente incómoda, sigue alimentando tensiones y frustraciones, tanto entre los jugadores como entre los aficionados.
Phil Danault, atrapado entre la lealtad a su antiguo jefe y las expectativas de los medios de comunicación quebequenses, corre el riesgo de ver su imagen empañada por este silencio ambiguo.
En cuanto a Marc Bergevin, estas revelaciones no hacen más que aumentar su reputación de líder autoritario, obsesionado con el control. Una cosa es segura: esta historia apenas comienza.
Qué elegante por parte de Phil Danault permanecer en silencio ante los medios de comunicación quebequenses, un silencio que intriga y preocupa.
Si bien algunos podrían ver esto como precaución, otros lo ven como una estrategia impuesta por Marc Bergevin, su ex gerente general en Montreal, ahora asesor de los Kings.
Todo el mundo en Quebec quiere oír a Danault hablar de Bergevin, pero éste todavía parece ejercer una influencia tóxica sobre el delantero quebequés, incluso a miles de kilómetros de Montreal.
Danault, a pesar de las obvias tensiones con Bergevin, tuvo la clase de nunca exponer públicamente lo que le hizo el ex director ejecutivo.
Los fanáticos recuerdan su partida en 2021 como un doloroso punto de inflexión, marcado por rumores orquestados y una flagrante falta de respeto por parte de la dirección de los Canadiens.
Sin embargo, cada vez está más claro que hoy Danault debería romper este silencio. Bergevin no merece ser protegido y Quebec merece saber la verdad.
La salida de Danault también demostró los horribles métodos de Marc Bergevin, que explotó momentos personales y buscó desacreditar a su jugador en los medios.
En 2018, mientras Danault se preparaba para su boda, Bergevin ejerció una enorme presión para que aceptara un contrato de descuento de tres años y 9,25 millones de dólares.
Este incidente será siempre recordado como un momento profundamente amargo para el jugador de Quebec y su familia.
Lo que iba a ser un día de celebración íntima y alegre en la región de Victoriaville se convirtió en un episodio cargado de presión, manipulado por Marc Bergevin y la dirección de los Montreal Canadiens.
Mientras Danault y su prometida, Marie-Pierre, se preparaban para unir sus vidas delante de sus seres queridos, la dirección del canadiense vio en este evento personal una oportunidad para presionar al jugador.
El plazo de arbitraje, fijado poco después del matrimonio, ya pesaba mucho sobre los hombros de Danault. La idea de celebrar su unión sin tener un contrato firmado amplificaba su estrés, y Bergevin era perfectamente consciente de esta delicada situación.
Aprovechando este contexto, Bergevin mantuvo una posición firme, negándose a hacer concesiones en las negociaciones contractuales.
El jugador, que no quería que las discusiones contractuales arruinaran su matrimonio, se vio obligado a firmar un contrato de tres años por 9,25 millones de dólares, una cantidad muy inferior a su valor real en ese momento.
“Se aprovecharon de mi matrimonio para obligarme a aceptar menos de lo que merecía”confió Danault a sus allegados.
La ceremonia, que pretendía ser un momento íntimo y festivo, estuvo marcada por la tensión. Si las sonrisas estaban presentes ante los invitados, muchos allegados a Danault percibieron que algo pesaba sobre él.
“Los invitados sabían que había un estrés inmenso. Phil hizo todo lo posible para ocultar sus emociones, pero se notaba que no era completamente él mismo”.dijo un miembro de su familia.
Las discusiones contractuales eclipsaron lo que debería haber sido uno de los días más felices de su vida. El jugador, atrapado entre el deber familiar y las exigencias profesionales, nunca pudo aprovechar plenamente este acontecimiento.
La familia de Phil Danault tiene recuerdos dolorosos de este episodio. Si bien habían invertido tiempo y energía para organizar una boda perfecta, la presión impuesta por el canadiense dejó una huella ardiente en sus vidas.
Una marca que nunca desaparecerá.
“Usaron este momento en su contra y eso nunca lo olvidaremos”informó un familiar.
Marie-Pierre, que comparte el orgullo y la felicidad de este compromiso, tuvo que soportar las repercusiones emocionales de las negociaciones de último momento.
Este momento, que debería haber fortalecido su unión, se vio empañado por la presión externa ejercida por Bergevin.
Muchos consideran que este incidente es el “principio del fin” entre Phil Danault y los Montreal Canadiens. Al firmar este contrato de descuento, Danault no sólo sintió una falta de respeto por parte de la dirección, sino que también comprendió que sus intereses personales siempre pasarían a un segundo plano frente a las frías y calculadas estrategias de Bergevin.
Este recuerdo sigue siendo una herida abierta, no sólo para Phil Danault, sino también para su familia, que vio cómo le afectó este episodio.
“Usaron mi matrimonio para presionarme a aceptar menos de lo que valía”habría confiado Danault a sus allegados.
En 2021, cuando expiró su contrato, las tensiones alcanzaron un nuevo máximo. Bergevin supuestamente filtró a los medios una oferta de seis años y 30 millones de dólares a través de Mathias Brunet, información que pretendía hacer aparecer a Danault como un jugador codicioso e ingrato.
Estas maniobras generaron una ola de críticas injustas por parte de sus seguidores.
“Lo que se dijo en los medios fue falso. Querían forzarme y eso afectó a mi familia”declaró Danault.
A pesar de un intento de acercamiento simbólico tomando un helado a la llegada de Bergevin a Los Ángeles, la relación entre los dos hombres siguió marcada por la desconfianza.
Para Danault, la salida de Montreal sigue siendo una herida abierta. Las manipulaciones y faltas de respeto de Marc Bergevin han dejado profundas cicatrices, tanto a nivel profesional como personal.
“Fue Bergevin quien me echó de Montreal. Él nunca creyó en mí”insistió.
En Los Ángeles, Danault encontró una forma de reconocimiento que nunca tuvo en Montreal, pero el espectro de Bergevin todavía cobra gran importancia.
El silencio de Phil Danault, aunque comprensible, no debería durar más. Al negarse a expresarse, deja que Marc Bergevin siga imponiendo su versión de los hechos.
El silencio de la familia de Danault, que no quiere echar más leña al fuego, también lo dice todo. Queremos proteger al jugador, sabiendo que Bergevin es el asistente de su gerente general.
Pero Danault debe hablar hoy para revelar lo que realmente sucedió y pasar página de este período oscuro.
Marc Bergevin no merece ser protegido y Danault, a sus 31 años, merece jugar sin tener que cargar con el peso de estas manipulaciones pasadas.
Quebec, que siempre lo ha apoyado, espera que finalmente arroje luz sobre esta historia, para él, para su familia y para todos los jugadores que podrían correr la misma suerte.
Danault debe hablar. Por el bien de todos.