La justicia argentina continuó el martes, por segundo día consecutivo, el examen del pedido de sobreseimiento de la causa contra Hugo Auradou y Oscar Jegou, los dos rugbiers franceses acusados de violación agravada en julio, al margen de una gira por el XV de Francia en este país.
Tras las presentaciones del lunes de la fiscalía, que solicitó el sobreseimiento del caso, es decir el abandono del proceso contra los jugadores, luego sus abogados, le llegó el turno a Natacha Romano, abogada del demandante, a 39 -Argentino de años, para suplicar.
Me Romano debía manifestar su oposición al sobreseimiento del caso y su solicitud de que Auradou y Jégou fueran juzgados en un juicio.
Todos los abogados llegaron alrededor de las 9.00 horas (12.00 GMT) al centro judicial de Mendoza (oeste), sin prestar declaración a los periodistas presentes, constató la AFP. El hermano del autor también llegó más tarde.
La jueza Eleonora Arenas, que presidió la audiencia a puerta cerrada, podría emitir su decisión inmediatamente después de los debates, o más probablemente ponerla bajo consideración en unos días, dijeron los abogados.
Desde hace casi cinco meses, Auradou y Jegou, de 21 años, permanecen imputados por violación agravada por haber sido cometida en una reunión, por presuntos hechos ocurridos la noche del 6 al 7 de julio en un hotel de Mendoza, donde se celebró el XV de Francia acababa de jugar un partido de prueba contra Argentina, seguido de un “tercer tiempo”.
Ambos han afirmado desde el principio que las relaciones sexuales con la denunciante, reunida en una discoteca, fueron consentidas y sin violencia. El abogado de la demandante, sin embargo, denunció una violación con “terrible violencia”, en un caso en el que chocaron dos versiones radicalmente opuestas de los hechos. Aparte de una convergencia sobre la realidad de los actos sexuales, y un contexto alcohólico.
Tras la audiencia del lunes, el abogado de los jugadores, Rafael Cuneo Libarona, acogió con satisfacción una “muy, muy buena” presentación de la Fiscalía a favor del despido, al final de “una investigación extremadamente productiva”.
Reafirmó que “para la defensa no hubo ningún tipo de delito” y que “efectivamente hubo consentimiento de esta señora de 40 años”.
Me Romano, por su parte, lamentó una audiencia en la que una víctima fue “acusada de mentir”, en lugar de “evaluar lo ocurrido entre las cuatro paredes” de la habitación del hotel. Dijo que temía que “una denuncia por falso testimonio, una solicitud de reparación” contra su cliente, denunciara el “estilo” ofensivo del abogado de los jugadores.
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