Más responsables en estos períodos de duplicación, Clément Vergé, Léo Banos, Théo Ntamack y Guillaume Cramont demostraron que eran mucho más que simples promesas.
En este contexto, al que Toulouse está acostumbrado, es fácil hablar de los jóvenes que el rugby francés está descubriendo o de los jefes que se quedaron en Ernest-Wallon. En la primera categoría, hay que destacar los “desflorados” en el Top 14 de Mathias Remue, titular en la zaga y autor de una sólida actuación, y el medio scrum Simón Daroque, como cabe destacar que Benjamín Bertrand, Thomas Lacombre o Efraín Elías demuestra que será oportuno contar rápidamente con ellos. “Trabajamos con ellos todos los días e intentamos formarles para que estén preparados cuando den este paso”explica David Mélé, también responsable de Espoirs. Para la segunda categoría, Jack Willis volvió a demostrar que no practica el mismo deporte que los demás actualmente, cuando la presencia de Romain Ntamack o Anthony Jelonch tranquilizaba al resto del grupo. Pero aquí se trata de centrarse en los jugadores llamados “intermedios”, no en las opciones prioritarias en las reuniones XXL, pero que poco a poco van ganando profundidad. ¿Cómo no mencionar a Clément Vergé? Por supuesto, costó dos penales y la indisciplina sigue siendo su pequeño placer culpable, pero por lo demás estuvo extremadamente activo y excelente en el juego, incluso anotó un doblete. “Anotó dos intentos, fue efectivo en el touch y, en los puntos donde lo esperábamos como rucks o combate, respondióse alegra Mélé. Es un jugador joven, que tiene mucho margen de mejora. Trabaja mucho para llegar a este nivel de rendimiento”. Toda una garantía, mientras que la plantilla se enfrentaba a una escasez en la segunda línea con las ausencias de Flament, Meafou, Arnold y Brennan. En cuanto al puto Guillaume Cramont que, desde hace dos años, vela por las ausencias de Marchand y Mauvaka.
Baños: “No nos lo podemos perder”
Además, sin Cros ni Roumat, Théo Ntamack y Léo Banos tuvieron la oportunidad de destacar en la tercera línea. Reto cumplido. Si el hermano de Romain sabe derrochar, su velocidad de carrera y su potencia causan estragos en las defensas. También se ofreció a probar y envió un mensaje claro: tiene todas las cualidades para ser un número 8 con mucho talento. Para Baños, cuyo trabajo es a veces más discreto, resultó fundamental en una reunión como la del sábado. Muy limpio y preciso, fue formidable en defensa y constantemente hizo que el juego del Toulouse fuera más fluido a nivel ofensivo. Más allá de eso, fue el jefe de la alineación del Toulouse, lo que refuerza su nueva dimensión. “No debes perdertesonríe el interesado. Pero cuando los internacionales se van, tenemos que darlo todo y demostrar que sabemos estar bien en ciertos puntos, como el toque por mi parte”.
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