Entre las protestas contra la programación de BeIN y el lanzamiento de pelotas de tenis a las pistas, no pasa un fin de semana sin que se interrumpa un partido de Liga. Este sábado por la tarde, el Bastia – Lorient fue detenido por el árbitro, pero por motivos mucho más graves.
Todo empezó con una jugada en el minuto 31. Una entrada asesina del centrocampista del Bastia Jocelyn Janneh derriba a Julien Ponceau. El árbitro Willy Delajod saca tarjeta roja, algo bastante lógico. En el campo los ánimos se calientan, pero también en las gradas. Se arroja una bomba de humo al césped de Armand Cesari. Poco después, uno de los asistentes alerta al señor Delajod. El árbitro regresa con un encendedor que muestra al delegado al margen. El juego se reanuda en confusión. Pero los proyectiles siguieron lloviendo sobre el campo y sobre el asistente que explicó que había recibido un impacto en la cabeza.
En estas condiciones, Willy Delajod decide enviar a los dos equipos de regreso al vestuario. Mientras tanto, Frédéric Antonetti, director técnico del SC Bastia desde este verano, cruza el campo para hablar con los espectadores presentes en el lado de la grada de donde procedieron los proyectiles. En las bahías de Furiani comenzó una reunión de crisis para decidir si continuar o no el partido.
Después de unos diez minutos, salieron los funcionarios. El árbitro anunció que el partido se reanudaría a las 21:15 horas después de una interrupción de 36 minutos. “Pero estaremos muy atentos”, advirtió. Los dirigentes de Bastia garantizaron que la tribuna estaría bien asegurada.
El 26 de octubre, el derbi corso entre el AC Ajaccio y el SC Bastia ya se había detenido en el minuto 42 tras peleas en la grada y luego una tormenta.