“Tendremos que ser capaces de gestionar las emociones” Lo advirtió el técnico del Valencia, Rubén Baraja, en rueda de prensa este viernes. Él, como cualquiera de sus jugadores, era consciente de que este sábado 23 de noviembre no se trataría sólo de fútbol. Este partido de La Liga contra el Betis Sevilla fue el primero desde las mortales inundaciones que azotaron la ciudad y su región los días 28 y 29 de octubre, costando la vida de al menos 221 personas.
Tifos, canto y victoria
Para este primer partido en su guarida de Mestalla, los valencianos vivieron la comunión durante la meditación de todo el estadio tras la tragedia. Si bien un primer homenaje vibrante se rindió cuando los jugadores aún estaban en el vestuario, el momento más fuerte llegó después. Los actores entraron en un césped cubierto con una gigantesca bandera de la Comunidad Valenciana acompañada de un lazo negro mientras resonaba “Un beso y una flor” de Nino Bravo (gloria local).
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En las gradas, estos mismos colores cubrieron todo el recinto, mientras frente a los jugadores se exhibía un cartel “Units com sempre” (“Unidos como siempre”) con los nombres de todas las víctimas del desastre.
Los jugadores, vestidos con camisetas negras repletas de “Amunt Valencians” (“Valencianos de pie”), tenían los ojos húmedos, conmovidos por el momento. Ofrecieron el mayor regalo posible al estadio y a toda la comunidad: una gran victoria (4-2) que les sacó del último puesto del campeonato de España.
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