Olivier Renard se está preparando para su primera ventana de transferencia como jefe deportivo del RSC Anderlecht. Este es un verdadero desafío porque para conseguir refuerzos también tendrá que vender jugadores. Un cierto número de nombres ya parecen cumplir este requisito.
A finales de octubre, Anderlecht decidió dejar de trabajar con el CEO Jesper Fredberg. Esta decisión está relacionada en gran medida con la ventana de transferencias del último verano. Fredberg no logró todos sus objetivos. Se le criticó especialmente por no haber recaudado suficiente dinero en ventas, lo que también significó menos fondos para refuerzos.
Equilibrio de ingresos por transferencias
Porque si el campeón histórico va recuperando poco a poco su estabilidad financiera, no se trata de correr riesgos innecesarios. La misión de Renard es, por tanto, clara. Durante los próximos periodos de fichajes también tendrá que mantener el equilibrio, es decir vender lo suficiente para poder atraer refuerzos.
En el núcleo actual ya hay algunos tipos que podrían ganar una buena suma. La estrella Mario Stroeykens, por supuesto, pero también el nuevo Red Devil Killian Sardella. Por ahora, la intención parece ser mantener los dos productos jóvenes a bordo al menos hasta el próximo verano. También se espera que Francis Amuzu y Yari Verschaeren se queden en enero.
Cobra y deshazte de grandes contratos
Por otro lado, otros jugadores podrían cobrar en enero. Este es el caso de Anders Dreyer. Está teniendo una temporada decepcionante y ya no puede contar con el apoyo de sus compatriotas Fredberg y Brian Riemer. Si llega pronto una oferta adecuada por el danés, es poco probable que Renard la ignore.
Además, queda por ver qué pasará con Majeed Ashimeru. El ghanés lleva semanas sin estar en buena forma, por lo que hay que encontrar una solución estructural. También habrá que ver si Renard consigue lo que Fredberg fracasó: deshacerse de Amadou Diawara antes de que finalice su pesado contrato.
Por último, el futuro de Marco Kana, propenso a sufrir lesiones, sigue siendo incierto. Así que a Renard le queda trabajo por delante.