Era una hermosa tarde de otoño con un sol radiante, pero ayer, en el Sports Rousseau de Laval, fue el jugador estrella canadiense Cole Caufield quien brilló más.
Miles de aficionados rodearon la tienda esperando al máximo goleador del CH. El estacionamiento estaba tan lleno que los simpatizantes tuvieron que dejar sus autos cerca o estacionarlos al costado de la autopista 440 hasta la llegada de los agentes de policía de la Sûreté du Québec.
Nunca antes hubo tantos aficionados para una sesión de autógrafos en el Sports Rousseau.
MARTÍN ALARIÉ / DIARIO DE MONTREAL
Si te preguntabas quién es el jugador más popular entre los canadienses, la salida de ayer lo confirmó, sin lugar a dudas, es Cole Caufield.
Su brillante sonrisa y sus amables palabras para todos fueron dominantes.
Cuando un joven jugador de alrededor de 12 años le preguntó a Cole qué debía hacer cuando jugara con su equipo de hockey, el delantero lo miró con una enorme sonrisa en los labios, con la mano apoyada en el hombro del joven y le dijo: “Asegúrate de “Siempre te diviertes porque eso es lo más importante, tengas la edad que tengas”.
VOLVER AL TIEMPO
Al ver a los cientos de admiradores que lo rodeaban y esperaban su autógrafo, retrocedió en el tiempo.
En su juventud, Paul Stastny era uno de sus jugadores favoritos.
Esa sonrisa dinámica se mostró una vez más cuando declaró con orgullo que uno de sus jugadores favoritos de los Habs cuando era niño era su compañero de equipo Brendan Gallagher.
Al escuchar palabras de amor de los fanáticos como “eres mi jugador favorito” o “Estoy tan feliz de conocerte”, Cole tenía un mensaje diferente para cada persona que conocía.
El momento más conmovedor fue cuando una joven de Montlaurier no pudo contener las lágrimas al verlo, porque llevaba más de dos años soñando con conocerlo.
MARTÍN ALARIÉ / DIARIO DE MONTREAL
Cole se levantó para acercarse a ella. Lenta y suavemente, la abrazó y le dijo que era un privilegio para él conocerla.
UN MENSAJE DE GUY LAFLEUR
Sus ojos brillaron y se estremeció al saber que justo antes de Navidad, desde su cama de hospital en el CHUM antes de su muerte, Guy Lafleur había iniciado una conversación conmigo sobre Cole.
Sus ojos siempre estaban deslumbrados y su sonrisa era contagiosa. Esperaba que Guy tuviera cosas buenas que decir.
El mensaje de Guy fue simple: lanzar más a menudo.
MARTÍN ALARIÉ / DIARIO DE MONTREAL
“Es lo más genial y el momento más increíble de mi vida que Guy Lafleur haya pensado en mí”, dijo Caufield.
Cuando nos fuimos, no pude evitar pensar que Cole era como Guy Lafleur firmando autógrafos con la misma sonrisa del legendario receptor de los Expos, Gary Carter.