El último desaire data del jueves pasado. Durante el Campeonato del Norte de África (Unión de Fútbol del Norte de África) organizado en su suelo, los sub-20 egipcios perdieron por 2 a 1 contra sus homólogos marroquíes. Esta derrota se produce apenas 48 horas después de una debacle para la selección sub-17, eliminada por 5 goles a 1 ante Marruecos.
Esta sucesión de malos resultados no ha pasado desapercibida en el panorama mediático egipcio. Los expertos señalan una tendencia preocupante que comenzó durante la Copa Africana Sub-23, donde Marruecos consiguió el título a expensas de Egipto en la final. La situación se deterioró aún más durante los Juegos Olímpicos de París, con un histórico 6-0 por parte de los Leones del Atlas.
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Los observadores egipcios, que ahora examinan atentamente la evolución del fútbol marroquí, reconocen que “Marruecos recoge hoy los frutos de una política adoptada desde hace años”. Algunos incluso se preguntan: “¿La selección marroquí se convertirá en un complejo para el fútbol egipcio como lo fue la selección senegalesa? »
El dominio marroquí se extiende también a otras disciplinas como el fútbol sala y el fútbol playa. Sólo la selección egipcia A mantiene su supremacía histórica sobre su rival norteafricano, con varias victorias importantes, en particular en la Copa Africana de Naciones.
Los medios de comunicación locales critican duramente la política deportiva de su federación, considerándola fracasada frente a la estrategia puesta en marcha por la Real Federación Marroquí de Fútbol (FRMF). La modernización del fútbol marroquí parece estar dando frutos, mientras Egipto lucha por renovar sus actuaciones anteriores.
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