¿Qué pasa con Martin St-Louis?
El entrenador de los Montreal Canadiens, antaño adorado por su carisma y su visión del juego, parece cada vez más desorientado cuando habla con los medios.
Su discurso, ya vacilante, hoy se torna confuso e incomprensible.
Los últimos intercambios dejaron una impresión de inquietud entre los periodistas presentes, pero también entre los aficionados.
En sus recientes apariciones en los medios, St. Louis se ha perdido en metáforas confusas, repitiendo constantemente que “la NHL no es una liga fácil” y que “hay palos por todas partes”. »
Aquí está el extracto más incómodo:
¿Pero de qué está hablando exactamente? Nos preguntamos si el técnico de los Canadiens todavía logra mantener el hilo de sus propias explicaciones.
Luego quiso comentar sobre el hecho de que Cole Caufield no estaba disparando lo suficiente:
“Se trata de cómo juegas sin el disco para conseguir esos toques en los puntos de gol. A veces es junto a la red. A veces está por encima de la dote. Pero se trata de jugar el juego. »
Esta vaga respuesta deja una sensación de vaguedad en torno a su discurso. En lugar de un análisis preciso e inspirador, tenemos la impresión de que navega como si estuviera perdido en el mar, sin verdadera convicción ni dirección.
Su forma de explicar el juego ofensivo de Caufield dejó un sabor amargo de confusión.
El colmo del malestar se alcanzó cuando un periodista de habla inglesa, aparentemente tan confundido como una baraja de cartas, se atrevió a hacer una pregunta desconcertante:
“Entrenador, ¿cómo explica el éxito del equipo esta temporada? »
Silencio… (aquí está el extracto, todavía tan incómodo como siempre)
Una pregunta que podría haberte hecho sonreír, si la situación no fuera tan embarazosa. Visiblemente perturbado, St-Louis respondió, en un susurro, que bajo ninguna circunstancia podía hablar de “éxito” en esta temporada.
“No diría que éramos un equipo exitoso. Creo que el compromiso en el lado defensivo nos ayudó a luchar. »
Sus palabras, aunque destinadas a defender el esfuerzo de sus jugadores, no hicieron más que amplificar la idea de un equipo en busca de referentes, liderado por un entrenador en plena búsqueda de rumbo.
El silencio que siguió fue muy incómodo; el equipo está sumido en una serie de derrotas y el técnico parecía desconectado de la realidad de sus propios jugadores.
Este tipo de momento plantea una pregunta crucial: ¿Martin St-Louis todavía tiene la confianza y la claridad mental necesarias para guiar a este equipo?
Ciertamente, el entrenador ha defendido a menudo sus métodos y sus elecciones, recordando que se trata sólo de un paso en la reconstrucción. ¡Pero aún así!
Cuando un entrenador utiliza expresiones inconsistentes y repite constantemente banalidades, se vuelve preocupante.
Los fans están preocupados y ya no dudan en compartir su frustración. Esta visión desorganizada y vaga que St. Louis ofrece al público contrasta severamente con la imagen del gran jugador que fue.
Este malestar mediático no es baladí y muchos se preguntan si el entrenador todavía tiene la cabeza en su puesto o si, en sus propias palabras, “los palos por todas partes” no se han vuelto demasiado pesados para manejar.
Para St-Louis, este momento de vulnerabilidad bien podría marcar el comienzo de un cuestionamiento más amplio.
Sentimos que se le está acabando el fuelle e incluso la paciencia de la afición empieza a desmoronarse.
Si el entrenador de los Canadiens no encuentra rápidamente una dirección más clara para su equipo –y para él mismo– el malestar podría volverse demasiado grande.
Afortunadamente para él, los periodistas todavía le tienen miedo y están siempre a sus pies.
St. Louis puede considerarse afortunado de que los medios estén sujetos a él.
De lo contrario, por muy confundido que esté, se lo comerían entero.