A pesar de las dos derrotas del OL, el Estadio Groupama vibró

A pesar de las dos derrotas del OL, el Estadio Groupama vibró
A pesar de las dos derrotas del OL, el Estadio Groupama vibró
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A diferencia de Jean-Michel Aulas, no se debatían entre Bilbao y Villeneuve-d’Ascq. Prefirieron quedarse en Lyon para vivir este sábado inédito en la historia del OL, que colocó a un equipo en la final de la Liga de Campeones femenina y al otro en la de la Copa de Francia masculina. Alrededor de 35.000 aficionados respondieron a la invitación del Olympique Lyonnais para asistir gratuitamente a los dos partidos en el estadio Groupama, que se ha convertido en el centro neurálgico de la animación lionesa. Con una sola instrucción: ven en blanco.

Se respetó y las camisetas blancas del OL se multiplicaron en el foso del estadio, desplegadas en configuración de concierto sin campo visible pero con una pantalla gigante colocada frente a una de las esquinas y otras dos, un poco más pequeñas, en la opuesta. El público fue aumentando durante la velada, pasando de unos centenares de aficionados presentes desde las 18.00 horas que acudieron a presenciar la derrota de los Lyonnaises ante el Barça (0-2) a una asistencia digna de la Ligue 1, que destaca cuando el evento se desarrolla sin público. jugadores en el sitio.

Mbappé y Barcola en la mira

La atmósfera tardó un poco en mejorar. No la desanimaron los enfrentamientos ocurridos poco antes por la tarde entre los ultras parisinos y lioneses en Fresnes-lès-Montauban, sino más bien la actuación de Alexandre Lacazette y sus compañeros en el descanso, liderados por dos goles al descanso. A falta de espectáculo, la afición del Groupama Stadium se esforzó por silbar a Kylian Mbappé en cuanto su rostro apareció en las pantallas y gruñir cuando llegó el turno del ex jugador del Lyon Bradley Barcola.

Pero cantaron, gritaron, vibraron todos juntos cuando Jake O’Brien redujo distancias con un cabezazo (55º). El gol del irlandés fue seguido de petardos y bombas de humo lanzadas, en una ocasión poco habitual, desde el foso donde se suponía que se encontraban unas 18.000 personas. El público lionés, bastante joven, mantuvo el ritmo hasta el final del partido, liderado por un núcleo duro de seguidores motivados que se agolparon ante la barrera que separaba la pantalla gigante principal del público. Con “Ahou ahou” o de “ Quien no salta no es de Lyon » típico, animaron la última media hora.

Y ahora Taylor Swift

Pero la atmósfera se apagó repentinamente tan pronto como el Sr. Letexier terminó el partido. Sin pitos ni aplausos, sin enfrentamientos ni protestas, se dispersaron hacia las salidas, impotentes, como resignados, mientras los equipos técnicos del estadio Groupama cortaban la retransmisión en directo por pantalla. En lugar de las expresiones abatidas de los jugadores del OL, vimos una antología de momentos felices recientes en la historia del OL, goles e invasiones del campo. El recinto se vació en unos minutos mientras el personal recogía el material al final de la temporada. El estadio Groupama se prepara ahora para recibir a Taylor Swift, que se espera que reúna a más de 100.000 personas repartidas en dos conciertos, los días 2 y 3 de junio.

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