La pesadilla de Michael Pezzetta se está haciendo realidad a medida que su futuro con los Montreal Canadiens se oscurece considerablemente.
El extremo parece estar a punto de ver su carrera en la NHL llegar a un final abrupto.
Los rumores persisten: el canadiense no volvería a fichar a Pezzetta y preferiría recurrir a Mathieu Olivier, el enérgico extremo de los Columbus Blue Jackets, cuyas impresionantes actuaciones y robustez lo convierten en el principal candidato para reforzar la plantilla de Montreal este verano.
Pezzetta esperaba poder extender su tiempo en Montreal aceptando un contrato cercano al mínimo, desempeñando el papel de un “fontanero” útil pero reemplazable, dispuesto a sacrificar su cuerpo por sus compañeros de equipo.
Sin embargo, Kent Hughes tiene expectativas claras: quiere un jugador sólido, capaz de defenderse en las batallas sin sufrir derrotas aplastantes y, sobre todo, alguien que pueda contribuir ofensivamente.
Pezzetta mostró preocupantes signos de fragilidad cuando se quitó los guantes que sin duda pesaron mucho en la evaluación de la dirección.
El canadiense busca redefinir su identidad con jugadores de valor añadido y, en este contexto, Pezzetta parece cada vez más una carga que una ventaja.
Su contrato de 812.500 dólares hasta 2025, que alguna vez fue una inversión justificable por su combatividad, ahora se ve como una carga para la organización en busca de talentos más completos y eficaces.
La salud de Pezzetta también se convierte en una gran preocupación. Al aumentar el número de enfrentamientos sobre el hielo, expuso su cuerpo a graves riesgos de conmociones cerebrales, y sus allegados le animaron a reconsiderar su futuro.
La sombra de consecuencias a largo plazo, como la encefalopatía traumática crónica (CTE), se cierne sobre su carrera.
Por tanto, el fontanero se enfrenta a una elección difícil: seguir arriesgando su salud para prolongar una carrera en declive o plantearse un futuro fuera del hockey.
Pezzetta no facilitó su situación al hacer comentarios controvertidos sobre la tasa impositiva de Quebec durante una entrevista, lo que provocó reacciones violentas entre sus seguidores.
Esta aparente desconexión con la realidad económica de su afición, a la que le cuesta ver la utilidad de que un jugador improductivo se queje de su situación fiscal, bien podría marcar un punto de no retorno.
Por el contrario, Olivier brilla con Columbus, demostrando un potencial ofensivo inesperado que lo coloca entre los mejores anotadores de los Blue Jackets esta temporada.
Su polivalencia y juego físico, inspirado en el estilo de Tom Wilson, le convierten en un jugador cada vez más cotizado.
Los Montreal Canadiens parecen estar listos para pasar a una nueva era, donde el esfuerzo y la determinación por sí solos ya no son suficientes para garantizar un lugar en la alineación.
Es hora de que Pezzetta reconsidere su futuro, porque su sueño de la NHL se está desvaneciendo poco a poco. Absolutamente nadie le ofrecerá un contrato garantizado en la NHL.
Pezzetta vio su reputación dañada tras su aplastante derrota ante Ryan Reaves al final de la temporada pasada. Este evento marcó un punto de inflexión, resaltando sus limitaciones a la hora de enfrentarse a oponentes superiores.
Los repetidos golpes y el riesgo de conmociones cerebrales añaden una capa de preocupación, y quienes están cerca de él ya lo están alentando a considerar su futuro más allá del hielo.
Las secuelas del combate y la exposición a heridas graves podrían afectar seriamente su calidad de vida en los próximos años, un riesgo ante el cual Pezzetta ya no puede hacer la vista gorda.
Mathieu Olivier, actualmente en llamas en Columbus, representa una alternativa ideal.
Dotado de una robustez natural y una producción ofensiva sorprendente al inicio de temporada, Olivier es un extremo que, a diferencia de Pezzetta, muestra capacidad para marcar goles y mantener un ritmo de juego agresivo y productivo.
Con cuatro goles en sólo 11 partidos, demuestra que puede ser mucho más que un jugador físico. Su estilo está inspirado en el de Tom Wilson, combinando juego físico y aportación ofensiva, lo que le convierte en un perfil muy codiciado.
La actitud de Olivier sobre el hielo, su ética de trabajo y su versatilidad lo convierten en una opción preferida para un equipo como los Canadiens, que busca jugadores capaces de desempeñar varios roles.
Ante esta realidad, Pezzetta ahora debe aceptar que sus días con los Canadiens y en la NHL están contados.
El canadiense ya no necesita un jugador que caliente la grada y que luche sin aportar mucho en el marcador.
Olivier, por el contrario, aporta una solidez efectiva y un potencial ofensivo real, que se adapta mejor a las necesidades del equipo en su nueva dirección.
La realidad es dura, pero la salud y la calidad de vida de Pezzetta deberían ser lo primero. El hockey es una cosa. La vida es otra.