Logan Mailloux es la historia de un joven defensor con talento en bruto, lleno de potencial ofensivo, pero que, lamentablemente, parece atrapado en el limbo de la organización de los Montreal Canadiens.
Imagínese, acumula punto tras punto con el Laval Rocket y casi parece aburrido en la Liga Americana.
¿Demasiado bueno para esta liga, pero aún no estás listo para la NHL?
Todos hemos visto esta película antes.
Es un poco como tener un coche deportivo, pero estar atrapado en el tráfico: el motor es potente, pero no avanzas.
Por un lado, sus actuaciones hablan por sí solas. En la AHL, en cuatro partidos cortos, Mailloux acumuló ocho puntos, incluido un gol y tres asistencias en un solo partido contra Providence.
¡No es nada! De hecho, este tipo de estadísticas hacen temblar a todos los jóvenes defensores mientras luchan por lograr tales actuaciones.
Pero la observación es sencilla: las cosas le van demasiado bien en la AHL.
Como prueba, su último partido con el Laval Rocket volvió a poner de relieve su impacto.
En una aplastante victoria por 6-3 sobre los Providence Bruins, Mailloux anotó un gol y tres asistencias, lo que ayudó al equipo a extender su racha ganadora.
Aquellos que se perdieron este impresionante partido pueden ver lo más destacado aquí:
Entonces, ¿por qué lo degradan?
El canadiense debe haber visto algo mal en la NHL, porque aunque sus estadísticas ofensivas son prometedoras, la realidad defensiva lo es mucho menos.
En seis partidos con los Canadiens esta temporada, suma cuatro puntos.
Nada mal para un defensor joven.
Pero el problema está en su propia zona. Su juego defensivo carece de consistencia y rigor, y sus errores de cobertura o anticipación lo hacen vulnerable ante los mejores delanteros de la NHL.
Sí, es capaz de completar un pase perfecto en la zona ofensiva, pero a la hora de defender su territorio, parece que el joven defensa a veces pierde el hilo.
Por lo tanto, el canadiense optó por una decisión pragmática: enviarlo de regreso a Laval para que pueda seguir trabajando en su juego defensivo, donde los errores no le cuestan tanto y donde puede perfeccionar sus habilidades sin la presión constante de la NHL.
Una decisión que puede parecer frustrante, pero que esperamos sea beneficiosa a largo plazo.
La gran pregunta que queda es ésta: ¿qué hacemos ahora con Mailloux?
En un equipo donde el desarrollo de jóvenes talentos se vuelve esencial, podríamos sentirnos tentados a utilizarlo más en la NHL, a pesar de sus debilidades defensivas, para darle más experiencia al más alto nivel.
Pero con un jugador que parece demasiado fuerte para la AHL y no lo suficientemente consistente para la NHL, la organización está atrapada entre dos taburetes.
La solución ideal podría ser un compromiso: darle algunos juegos en la NHL, luego enviarlo de regreso a Laval para que siga trabajando en sus defectos y repetir el proceso hasta que se recupere.
Este tipo de desarrollo de ida y vuelta no es ideal, pero en el caso de Mailloux parece emerger como la única opción viable.
En resumen, nos enfrentamos a un dilema clásico: arriesgarnos a que desarrolle malos hábitos en una liga que no lo desafía o enviarlo al fuego de la NHL sabiendo que corre el riesgo de cometer errores costosos.
De momento, el canadiense ha optado por la primera opción, pero sería sorprendente no ver a Mailloux de vuelta en Montreal antes de final de temporada.
Continuará…