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El medio estaba ahí, en un hilo, pero Thompson tampoco tenía ya miedo. Borró la doble amenaza, volviendo a equilibrar las cosas en este segundo set. De repente pudo cambiar todo. Hubo una pelea. El australiano admiró su “mimine” en una volea de revés, leyó con mucha más precisión el servicio del francés y recordó que lo había dominado en Cincinnati en agosto. Humbert, de repente, lo sintió y empezó a contenerse. Tuvo que defender su primer punto de break, en el 5-5, tras 1h16′ de partido. El segundo, inmediatamente después, resultó mortal. Y el francés volvió a su silla, arrastrado y cojeando, golpeado en el pie derecho y obligado a llamar al fisioterapeuta.