Cutter Gauthier, este supuesto “goleador natural”, nos está demostrando que no es el jugador soñado que esperábamos.
Después de hacer su pequeño escándalo en Filadelfia (el hombre se negó a firmar con los Flyers, a pesar del equipo que lo había reclutado), encontró refugio en los Anaheim Ducks.
Pero desde entonces ha sido la nada total. Ni un solo gol, ni un resultado que estuviera a la altura de las expectativas.
Esperábamos un milagro y nos encontramos con un peso muerto.
Probablemente Gauthier pensó que iba a aterrizar en California y volar todo a su paso.
Pero por ahora, el cielo sobre su cabeza se está oscureciendo. La presión aumenta, y con razón: hablamos de un jugador que, además de no haber encontrado aún el gol, está acumulando pérdidas de balón costosas.
El más reciente, y quizás el más atroz, tuvo lugar anoche contra los Pingüinos de Pittsburgh.
En la prórroga, mientras todo se decidía sobre el hielo, Gauthier ofreció una vuelta de oro a los Pingüinos, que sólo tuvieron que valerse de sí mismos para arrebatarle la victoria.
Para ser un marcador llamado natural le falta pulimento, ¿verdad?
Este joven pensó que podía imitar a Adam Fox negándose a firmar con el equipo que lo seleccionó.
Pero mientras Fox logró demostrar que merecía que le extendieran la alfombra roja con los Rangers, Gauthier no demostró nada en absoluto.
Peor aún, parece prisionero de su propio ego.
La realidad es que la NHL es implacable. No puedes presentarte con una actitud de diva sin pagar el precio.
Para aquellos que quieran admirar la magnitud de su desastre, aquí está el vídeo de su famoso cambio de rumbo en la prórroga:
Los Ducks contaban con Gauthier para fortalecer su línea ofensiva, pero por ahora solo los está debilitando.
Irónicamente, Filadelfia, al dejarlo escapar, parece haber esquivado una bala.
Quizás vieron las señales: una cabeza demasiado grande para sus patines y una incapacidad para concentrarse en lo importante.
Esta tendencia a pensar en sí mismo antes que en el equipo le está costando cara, y le está costando aún más cara a los Ducks.
A este paso, Gauthier descubrirá que en la NHL no hay lugar para los caprichos.
Si no cumples, sales, así de simple.
Y si su cielo ya parece caerse, sólo tiene que mirarse al espejo para entender por qué.
Miseria…