La historia de Colin Coosemans en el KV Mechelen estuvo marcada por tensiones, en particular por la influencia del agente Dejan Veljkovic y las decisiones del ex director técnico, Olivier Renard. Durante la temporada 2014-2015, mientras Coosemans esperaba consolidarse en el equipo, Renard prefirió fichar al experimentado Jean-François Gillet, amigo íntimo de Renard y también influenciado por las redes de Veljkovic.
Un reclutamiento controvertido de Gillet
Inicialmente reclutado como portero para el futuro, Coosemans vio mermar sus perspectivas con la llegada sorpresa de Jean-François Gillet. Gillet, viejo amigo de Renard, que gozaba de la confianza del entrenador de porteros Philippe Vande Walle, fue colocado como primera opción, relegando a Coosemans al banquillo y luego a las gradas una vez que Anthony Moris, también cliente de Veljkovic, fue reintegrado.
Sospechas de favoritismo y reuniones privadas
Según Coosemans, existía un claro favoritismo hacia Gillet y Moris, acentuado por los vínculos personales y profesionales entre Renard, Vande Walle y Veljkovic. Coosemans reveló en una explosiva entrevista que estos tres hombres se reunían regularmente, lo que alimentaba un sentimiento de alienación. Durante la preparación invernal de 2016, incluso circularon rumores de que Renard, Vande Walle, Gillet y Moris compartían momentos en privado, lo que reforzó el malestar de Coosemans.
Fin del viaje bajo influencia
Finalmente, al final de la temporada 2015-2016, Renard y Gillet dejaron Mechelen por el Standard de Liège, y Renard se llevó consigo a su amigo Gillet. Estas salidas confirmaron a los ojos de Coosemans que la gestión de los porteros se había guiado por preferencias personales y profesionales, ilustrando así las tensiones internas y las sospechas de conflictos de intereses que marcaron su paso por el KV Mechelen.