Renaud Lavoie se indignó durante su columna en el programa de Jean-Charles Lajoie, denunciando sin rodeos el gesto de Dan Bylsma, entrenador del Kraken, contra los Montreal Canadiens.
Lavoie, que cubre la NHL desde hace décadas, nunca ha ocultado su pasión por los Habs y esta vez considera que Bylsma se pasó de la raya actuando con arrogancia y una flagrante falta de respeto.
Al enviar a sus mejores jugadores al juego de poder cuando el marcador ya estaba 6-1, Bylsma, según Lavoie, anotó innecesariamente el punto en la derrota de los Canadiens.
Lavoie no sólo culpa a Bylsma por una estrategia ofensiva exagerada; lo ve como una prueba de desprecio.
“¿Realmente necesitas congelar a Montour, Jared McCann y Chandler Stephenson?” gritó, furioso.
“¡Es 6-1! ¡No sé qué más quieres!
Para él, un entrenador experimentado como Bylsma, campeón de la Copa Stanley, debería haber tenido la decencia de dejar que este partido terminara dignamente, sobre todo porque los canadienses no tenían ninguna posibilidad de recuperarse de semejante brecha.
Lavoie también expresó su frustración con los jugadores de apoyo del Kraken, que quedaron en el banco en una situación en la que podrían haber ganado experiencia en tiempo de juego.
Para un joven como Shane Wright, por ejemplo, este momento era ideal para contribuir sin la presión de un partido cerrado.
Lavoie insistió en esta falta de oportunidades para los jóvenes del Kraken y calificó la decisión de Bylsma de “barata”.
Lamenta que el técnico haya preferido “menospreciar” al adversario en lugar de promover sus propias esperanzas.
Por su parte, Jean-Charles Lajoie avivó la discusión sugiriendo que Bylsma probablemente no habría actuado de esta manera contra un equipo de su propia división.
Según Lajoie, es obvio que esta “pequeña venganza” contra los canadienses se habría evitado si el Kraken se hubiera enfrentado a un rival directo.
En este sentido, Lajoie considera este gesto como una especie de provocación y espera que la CH recuerde esta humillación en su próxima reunión del 12 de marzo.
Para concluir, Lavoie, tan furioso como decepcionado, hizo un llamamiento directo al respeto.
Según él, los canadienses merecen algo mejor que ser ridiculizados de esta manera, sobre todo cuando el juego ya está fuera de su alcance.
Espera que este “percance” sirva de lección, no sólo a los Canadiens, sino también a otros equipos, que podrán recordar este momento de desprecio y la forma en que fue percibido por los periodistas y los aficionados de Montreal.
Si el Kraken decidió alinear a sus mejores jugadores para humillar a CH, ciertamente no encontró un gran desafío por delante.
Martin St-Louis, que intenta gestionar este equipo como un entrenador de pipí, parece perdido ante las estrategias contrarias.
La derrota por 6-1 y la incapacidad de St. Louis para defenderse de alguna manera demuestra cruelmente que no tiene las herramientas necesarias para navegar en la NHL.
Por supuesto, uno podría sentir compasión por un entrenador inexperto como el St-Louis, pero lo sorprendente es que casi parece que espera que le compadezcan cada vez que se descongela.
Su incapacidad para ajustar su juego durante el partido, para recoger a sus jugadores después del descongelamiento, no refleja en modo alguno lo que se espera de un entrenador de un equipo profesional.
Con humillaciones tan repetidas, es difícil no pensar que St. Louis simplemente no está hecho para la tarea.
La Liga Nacional es un entorno despiadado y los equipos rivales, como el Kraken, no dudan en dejar claro el punto.
¿Se supone que debemos sentir lástima por un entrenador de la NHL?
Suficiente para alimentar a las malas lenguas que siguen llamándole entrenador de pipí.
Ay.