Paradójicamente, el pasaje que estipula que “la FIFA es una asociación en el sentido de los artículos 60 y siguientes del Código Civil suizo” no ha sido modificado. Por lo tanto, una salida de Zúrich no significa necesariamente una salida de Suiza. Interrogada por la agencia de prensa alemana DPA, la FIFA también indicó que estaba “feliz” en Suiza. “Hay muchas organizaciones deportivas e internacionales que tienen sus sedes en Ginebra y Lausana, pero hasta que nuestros miembros decidan lo contrario, Zurich seguirá siendo nuestra sede”, dijo un portavoz de la FIFA. “Estamos pensando en abrir sucursales en otras localidades de Suiza y así ampliar nuestra presencia en el país”, añadió.
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Como suele ocurrir, la voluntad y las motivaciones de Gianni Infantino son difíciles de entender. Este excelente jurista es un experto en el arte de realizar cambios textuales que en su momento parecen menores pero que, unos años después, resultan tener graves consecuencias. ¿Quiere realmente abandonar Suiza y, en caso afirmativo, por qué? Los motivos aducidos son variados y van desde la venganza personal -desde su elección está decidido a deshacer todo lo que hizo su predecesor, Joseph Blatter, llegando incluso a vender el edificio de la FIFA donde vivía el Alto Valaisán-, hasta el simple hecho de tener en cuenta del nuevo orden económico del fútbol, cuyo centro de gravedad se desplaza cada vez más hacia Asia y el mundo árabe, incluido el temor a posibles problemas legales en Suiza, donde no todas las investigaciones sobre la FIFA están clasificadas.
Problemas en otros lugares
Gianni Infantino, que se instaló en Estados Unidos para preparar el Mundial de 2026 después de vivir en Qatar antes de la edición de 2022, abrió recientemente oficinas en otros países, especialmente en París. El departamento legal de la FIFA tiene su sede en Florida. Pero en otros países las cosas no van necesariamente tan bien como esperaba. En Francia, el Consejo Constitucional censuró en marzo el ventajoso régimen fiscal que el gobierno de Macron había prometido a Gianni Infantino para instalar allí oficinas en 2021. Desde entonces, la FIFA ha expresado su decepción y su falta de interés en permanecer en París.
En Estados Unidos, una encuesta reciente realizada por New York Times indica que la justicia estadounidense niega haber dado su aprobación, contrariamente a lo que la FIFA afirma a sus socios comerciales, a las reformas emprendidas por la institución tras el escándalo de gobernanza de 2015, y a las que Gianni Infantino ha vuelto en gran medida desde entonces. “Nuestra oficina no ha respaldado la efectividad de los actuales esfuerzos de reforma de la FIFA”, dijo John Marzulli, portavoz de la Fiscalía de los Estados Unidos para el Distrito Este de Nueva York, citado por el New York Times.