Tadej Pogacar vuelve a la acción. El esloveno, que no competía desde su victoria en el Tour de Francia en julio, se dirige a Canadá, donde estará en la salida del Gran Premio de Quebec el viernes y de Montreal el domingo.
Los recorridos de estas pruebas quebequenses favorecen a los corredores explosivos. El líder del equipo de los Emiratos Árabes Unidos será, por tanto, lógicamente el favorito para suceder al belga Arnaud De Lie, vencedor el año pasado en el Viejo Quebec, y al británico Adam Yates, vencedor hace un año en Mount Royal.
Ambos eventos se desarrollan en un circuito. Dieciséis vueltas en Quebec, diecisiete en Montreal y otras tantas subidas. Para ganar, hará falta mucha fuerza.
Pogacar querrá tranquilizarse sobre su estado este fin de semana de cara a su objetivo de final de temporada: convertirse en campeón del mundo en Zúrich.
“Disfruté del verano en casa, fui a la playa, hacía años que no lo hacía. Tomé la decisión correcta”, afirmó “Pogi” (25 años), que no participó en los Juegos Olímpicos.
“Me he entrenado bien. En general, mis carreras después de un largo periodo de entrenamiento siempre salen bien”, declaró a los medios canadienses.
Sus adversarios ya están avisados, empezando por Arnaud De Lie, que el año pasado firmó su primer triunfo en el World Tour. Pero el belga no tiene las mismas piernas que hace un año (sufrió en la clásica de Hamburgo el domingo pasado).
Para derrotar a Pogacar, quizá sea necesario confiar en la explosividad del francés Julian Alaphilippe o en la del australiano Michael Matthews, todavía en Canadá.
Las dos únicas carreras del World Tour que se disputarán en el continente americano serán también un gran ensayo para el Campeonato Mundial de 2026, que se disputará en el trazado de Montreal. Una forma de orientarse para Pogacar.
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