El momento es complicado. En la zona mixta, las televisiones muestran a Remco Evenepoel, Filippo Ganna y Edoardo Affini riendo en el podio de la contrarreloj de los Campeonatos del Mundo en Suiza. Stefan Küng, por su parte, tuvo que repetir ante los medios, en varios idiomas, lo que le pasó, decepcionado por su 8º puesto en sus rutas. Pero como es habitual, el corredor se muestra siempre lúcido e interesante.
¿Qué sientes? Estabas allí por algo más…
Está claro. Por supuesto que hoy hubiera preferido ganar una medalla, pero a veces no es tan fácil. Hoy lo he dado todo, pero no ha sido suficiente. No he podido hacer lo que normalmente soy capaz de hacer en este tipo de esfuerzo. Es difícil encontrar una explicación justo después de la carrera… Después, siempre que lo haya dado todo, no tengo nada que reprocharme. Hay días así, fue un día normal. En casa, en Zúrich, fue una carrera en la que quería brillar como atleta. Sé que el público espera mucho de mí. Yo también espero mucho. Soy un atleta profesional, tengo expectativas muy altas de mí mismo. Pero a veces somos humanos. Solo puedes hacer lo que es posible el día de la carrera. Es difícil hacer un balance ahora y decir: “Sí, quizá participar en la Vuelta fue demasiado…” La única explicación que puedo encontrar en este momento es que quizá estaba demasiado motivado. Desde la Vuelta a España hasta estos Campeonatos del Mundo, quizá debería haberme dado un poco más de tiempo para recuperarme y compensar. Pero me dije a mí mismo que todo era posible y seguí empujando cada día. Probablemente fue un poco demasiado. Pero siempre doy lo mejor de mí y lo doy todo y, a veces, hay que aceptar el veredicto, incluso si hubiera preferido hacerlo de otra manera.
¿Te diste cuenta rápidamente en el camino de que no iba a funcionar?
¡No! He empezado bien, he llegado bien metido… Sin embargo, cuando he empezado a atacar el bache de mitad de recorrido he notado que no podía cambiar el ritmo. Había estudiado bien el recorrido y ahí he querido subir un escalón en la subida y ahí he notado que estaba muy por debajo. Después, a mitad de carrera, he recuperado un poco para volver a cogerlo al final. Pero una vez que sabes que ya no estás en la lucha por las medallas, o sientes que has perdido el “flujo”, es difícil. Se hace muy, muy duro, porque mentalmente sientes que no estás en tu mejor momento y que no puedes llegar tan lejos como te gustaría en el esfuerzo. Si lo comparo con la Vuelta a España, allí he podido ir a por todas. He podido sufrir como casi nunca. Hoy no ha sido así. Es así.
¿Una palabra sobre el contexto?
Está muy bien, claro. Me dio escalofríos al principio, en el velódromo de Oerlikon. ¡Ha sido extraordinario! Lo siento. Lo siento por el público que ha venido en gran número. Hubiera preferido estar allí en el podio que dar entrevistas en la zona mixta. Es así, hay que aceptar el veredicto. El próximo domingo, en la carrera en ruta, tendremos otra oportunidad, aunque será aún más difícil. Allí volveré y volveré con todas las fuerzas que me quedan. No haré el relevo mixto el miércoles. Eso será todo por el domingo. Creo que seremos fuertes. Tenemos varias cartas que jugar. Veremos cómo se sienten los demás, también están en buena forma. Pero vamos a intentar correr con las bazas que tenemos.
¿Pero hay un pequeño alivio? Porque la presión era alta… Tal vez un poco pesada, incluso.
No, no es un alivio… Cuando te sientes como yo y no has podido darlo todo, casi quieres volver a hacer la contrarreloj. Pero, por desgracia, en el deporte no existe esa opción. Sobre todo en el ciclismo, solo hay una vuelta. Solo hay una oportunidad para mostrar lo mejor de uno mismo. Es una pena, da la sensación de haber perdido una gran oportunidad. Este recorrido era bastante bueno para mis cualidades, pero somos humanos y tenemos que aprender a aceptarlo.