Cyril Jonard vuelve a la cima del Olimpo veinte años después

Cyril Jonard vuelve a la cima del Olimpo veinte años después
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El francés derrotó al uzbeko Turgun Abdiev en el partido por la medalla de bronce este sábado en la Arena Champ-de-Mars.

¡Y Cyril Jonard hizo arder la Arena Champ de Mars! A sus 48 años, el limorense electrizó, cautivó y puso en marcha a todo el público, celebrando su medalla de bronce con una Macarena improvisada. “Sentía las vibraciones en la sala, porque es raro que se comunique así con el público”, confió su entrenador y amigo, Jason Guillot. Veinte años después de su victoria paralímpica en Atenas, dieciséis años después de su medalla de plata en Pekín, el judoka completa su colección, y la completa, en París al conseguir el tercer puesto contra el uzbeko Turgun Abdiev, al que infligió un ippon por inmovilización tras un minuto y cuarenta segundos de combate. Una pequeña obra maestra personal.

El día del francés, que padece el síndrome de Usher (una enfermedad genética rara que lo dejó sordo de nacimiento antes de hacerle perder la vista poco a poco), había comenzado de forma perfecta con su triunfo en la primera ronda contra el iraquí Taha Al-Gburi, ya con un magnífico ippon. Luego, en cuartos de final, el judoka de Limoges había superado con dificultad al moldavo Oleg Cretul con un precioso waza-ari. Sin embargo, en semifinales, el paso inglés representado por Daniel Powell resultó demasiado alto, este último se impuso a su vez con un waza-ari, después de un terrible resultado de oro de casi cuatro minutos que ya hizo arder el pabellón parisino.

Después de una derrota así, no es fácil para un atleta recuperarse. Pero después de haber superado tantos desafíos y de haber ganado tanto en todos los ámbitos del mundo (13 títulos mundiales), Cyril Jonard no podía quedarse ahí. Sin ofrecer un maravilloso final feliz al público de la Arena Champ-de-Mars, y celebrarlo con Jason Guillot, con quien se comunica mediante “signos” en la palma de la mano del judoka: un método único que han puesto en práctica recientemente y que les permite contarse todo, o casi.

Antes de la competición, ya había remontado un poco más, después de sufrir tres hernias discales que le hicieron perderse Londres y después alinearse fuera de forma en Río. No había sido seleccionado para los Juegos de Tokio, pero el judoka se ha relanzado, en particular con la creación de la categoría J1 después de la edición de 2021. Este sábado, el judoka de Limoges, además de una medalla de bronce paralímpica, la segunda para el judoca francés en estos Juegos después de la de Sandrine Martinet el jueves, también se llevó con creces el gran premio del público.


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