A los 23 años, Matteo Soueï, estudiante de una escuela de ingeniería de Besançon (Doubs), asumió el desafío de descubrir muchos países en bicicleta. Romper prejuicios, superarse a uno mismo, conocer gente, tantos valores que impulsan al joven en busca de aventuras.
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Argentina, Bolivia, Kirguistán… Matteo Soueï no deja de viajar por el mundo sobre sus pedales. Desde hace tres años, el joven dedica su tiempo libre a viajar por los cuatro rincones del mundo.
Pero lejos de querer hacer como los demás, Matteo decidió realizar sus estancias en bicicleta, solo, con su tienda de campaña. “El ciclismo te permite ser independiente, es una buena manera de conectar con las poblaciones, porque intriga a todos. Y luego está también la parte de superarse a uno mismo” explica el joven.
Incluso en la elección de destinos, Matteo quiere destacar. Para él, lo principal es llegar a diferentes poblaciones. “salir de lo occidental, ir hacia una vida más rudimentaria y descubrir paisajes que no estamos acostumbrados a ver”.
Su primer viaje en bicicleta: Kirguistán. Un país poco conocido que a veces sufre prejuicios no siempre justificados. Son precisamente estos prejuicios los que Matteo quiere socavar con sus viajes. “Cuando estamos en estos países, siempre estamos cuestionando nuestra visión del mundo. Cuando estamos en estos terrenos, es totalmente diferente. Te permite tener una mente muy abierta sobre el mundo.”, testifica Matteo.
Me doy cuenta de que tengo mucha suerte de estar en Francia, el regreso fue un gran shock.
Matteo Soueiciclista viajero
Durante un mes, el estudiante de la escuela de ingeniería Supmicrotech de Besançon viajó por regiones a veces inhóspitas y muy escasamente pobladas. Pero las personas que pudo conocer le dejaron una impresión duradera.
Las relaciones humanas son extremadamente diferentes. Una vez estaba durmiendo en mi tienda de campaña en la calle, y un hombre vino a verme, me acogió, me mostró su casa, su familia, me dio de comer. Suelen ser personas muy pobres, pero dan sin contar. Fue un momento que me emocionó mucho.
Matteo, viajero del mundo en bicicleta
Ir en bicicleta también significa estar en comunión con la naturaleza, con el medio ambiente: “Siento mucha culpa cuando tomo el avión para irme de viaje, entonces me digo que durante el resto del viaje estar en bicicleta es al menos eso” da fe el ciclista. “Cuando vamos en bicicleta, prestamos extrema atención a la naturaleza. Ganamos una relación con el medio ambiente que ya no es una simple decoración, la naturaleza se vuelve un poco como nuestro hogar, por eso intentamos preservar nuestro hogar”.
En sus aventuras, Matteo también y sobre todo quiere superarse a sí mismo, ir más allá de los límites de su cuerpo. Luego se enfrenta a entornos impresionantes. En su primer viaje a Kirguistán, se encontró a 3.800 metros de altitud y tuvo que cruzar un río embravecido y helado con su bicicleta a la espalda.
Cuando estás solo, corres riesgos, eres el único responsable de tus acciones. Ese es el peligro, con la experiencia nos anticipamos a determinadas situaciones, aprendemos sobre nosotros mismos.
Matteo Soueiciclista viajero
También encontró un terreno inhóspito durante su viaje de seis meses a Sudamérica, del que regresó recientemente. Matteo cruzó así el desierto de Atacama en Chile, escaló el volcán Uturunctu en Bolivia, que alcanza una altura de 5.800 m sobre el nivel del mar, etc. Nada le asusta “Todos estos viajes hicieron nacer en mí un espíritu de aventura”.
Más que vivir estas aventuras, Matteo quiere documentarlas, para que estos momentos se compartan con el mayor número de personas posible. Por eso fotografía, filma y comparte estos momentos excepcionales”Quiero contar todas estas historias, romper todos los estereotipos. Decir a los países como son sin sensacionalismos” él dice. En particular, realizó un cortometraje al regresar de su viaje a Kirguistán. “Kaiyrma” también ganó el premio Philoxénia, que premia a jóvenes realizadores de cortometrajes.
Después de más de 8.000 kilómetros en bicicleta, Matteo todavía tiene deseos y sueños en la cabeza. Ya está planeando su próximo viaje a Pakistán. Aún en bicicleta, el joven planea partir en el verano de 2025 y realizar su primer documental. Así, a través de sus impresionantes imágenes, intenta hacer viajar y soñar al mayor número posible de personas.
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