Artículo publicado Domingo 8 de diciembre de 2024 a las 5:00 a.m.
y actualizado a las 10:44 a.m..
Girona, en el norte de Cataluña, no es sólo una encantadora ciudad medieval. También se ha convertido en un destino imprescindible para los amantes del ciclismo. Entre paisajes variados, cultura ciclista omnipresente e infraestructuras de calidad, la ciudad catalana lo tiene todo para seducir. Una mirada retrospectiva a una impresionante metamorfosis que la ha convertido en la “Meca” del ciclismo en Europa.
Girona: la nueva “Meca” de la bicicleta en Europa
“Girona se ha convertido en la “Meca” del ciclismo en España. Allí viven y entrenan ciclistas profesionales: la cultura ciclista se ha apoderado de la ciudad“Estas son las palabras de Eric Balian, director general de Terres d’Aventures (TerDav para abreviar). Una región que conoce de memoria. Pero su transformación en tierra de ciclismo tiene “literalmente asombrado” en sus propias palabras.
Bares, restaurantes, tiendas de deportes: todo refleja esta pasión local por la pequeña reina. “Los bares están llenos de mujeres y hombres en pantalones cortos y lycra, las tiendas conceptuales abundan, a veces en tres pisos.“, añade.
Un dinamismo que se explica en parte por el atractivo de las infraestructuras. La región ofrece numerosos senderos blancos (¿allí decimos “carreteras blancas”?), bien mantenidos, accesibles y seguros, aptos tanto para gravel como para bicicleta de montaña. A esto se suma una diversidad de paisajes: calas, montañas, pueblos medievales e incluso llanuras agrícolas, todos ellos escenarios ideales para un buen paseo en bicicleta.
En Gerona,El ciclismo se ha convertido en una disciplina deportiva cívica.“
Más allá de Girona, este desarrollo ilustra una tendencia más amplia. La bicicleta se ha convertido en mucho más que una simple actividad de ocio o un medio de transporte. Como señala Eric Balian: “El ciclismo se ha convertido en una disciplina deportiva cívica“. Este entusiasmo refleja los problemas sociales actuales: la deslocalización de la producción, la promoción de la artesanía o incluso la aparición de figuras carismáticas en la disciplina.
Combinando ciclismo y patrimonio cultural
Situada a menos de seis horas en tren desde París, la ciudad no se limita a sus promesas ciclistas. La ciudad catalana combina cicloturismo y patrimonio cultural. Gastronomía, arquitectura, historia (ruinas grecorromanas), cultura (influencia de Salvador Dalí), pueblos históricos…
El caso de Girona demuestra cómo una ciudad puede aprovechar una dinámica deportiva para reinventarse. Lejos de ser un hecho aislado, este desarrollo podría inspirar a otros territorios europeos a desarrollar infraestructuras ciclistas de calidad.
Pirinexus, llega a Girona desde los Pirineos
Para los ciclistas que buscan rutas de largo recorrido, el Pirinexus (del catalán “Pirineus”) ofrece una opción interesante. Este circuito de 340 kilómetros atraviesa paisajes variados y conecta dos regiones cargadas de historia: las comarcas de Girona y Vallespir, al otro lado de la frontera francesa. Dependiendo de la configuración elegida, el bucle se puede completar en dos, cuatro o seis días.
El Pirinexus ofrece diversidad de paisajes: bosques, parques naturales, viñedos, volcanes e incluso calas mediterráneas marcan esta ruta. Los amantes de la historia también encontrarán lo que buscan, con yacimientos como el Camino del Exilio, utilizado durante la Guerra Civil Española, o las antiguas ruinas de Empúries, testigos de las épocas griega y romana.
Crédito de la foto Imagen destacada: Joan Castro/ICONNA.
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