¿Qué te motivó a participar en la prueba sub23 de estos Mundiales?
Al principio esto no era lo que se pretendía. Llevo dos años en el WorldTour, este año hice el Giro de Italia, así que ni siquiera estaba pensando en ello. Fue el entrenador Pierre-Yves Chatelon quien se acercó a mí y me preguntó si estaba motivado. Dado que ya me había perdido la carrera el año pasado (lesión en la rodilla) y que esta es mi última oportunidad de correr un campeonato del mundo entre los aspirantes (él ya participó en 2022), acepté directamente.
La segunda parte de la temporada se vio perturbada tras su accidente (atropellado por un camión a principios de junio). ¿En qué condición física llegas?
Estuve en las clásicas canadienses la semana pasada y sentí que todavía me costaba pesar (84º y 58º). El nivel es muy alto… Pero también siento que voy progresando en cada carrera y que me estoy poniendo en forma.
Exacto, ¿qué carrera esperas?
¡Habrá un nivel loco! Hoy en día, gran parte de los sub-23 ya son profesionales, algunos en el WorldTour. Son jóvenes, pero ya tienen experiencia. La carrera promete ser muy salvaje en un recorrido difícil y eso es lo que me asusta un poco. En el WorldTour todo está muy estructurado y ya no estoy necesariamente acostumbrado a correr así. Será como entre aficionados, tendrás que acostumbrarte rápidamente aunque al final te quede en la pierna.
Serás el más experimentado de un equipo francés titulado en 2023 con Axel Laurance. ¿Cuál será tu papel?
No me presiono en comparación con Axel. Me acerco a esta carrera en el papel de electrón libre y capitán de ruta. Tendremos grandes cartas en el equipo, como Thibaud Gruel, que lo está haciendo bien. Pero sobre todo no vengo a decir que participé! Dado mi estatus, debo lograr resultados. Un Mundial exitoso significaría conseguir la camiseta.
