¿Veremos pronto a Bibendum volver a subirse a la bicicleta para llegar a Clermont-Ferrand (Puy-de-Dôme) desde París? En cualquier caso, ese es el deseo de Émilien Mottet, ingeniero informático de Michelin. Este gran apasionado del ciclismo propuso, a través de una plataforma interna de la empresa, la organización del regreso de la carrera París-Clermont, desaparecida hace varias décadas. Una carrera que se convirtió en legendaria cuando se lanzó en 1892 porque los organizadores, los hermanos André y Édouard Michelin, habían colocado tacos en el recorrido para elogiar la robustez del neumático desmontable de la joven empresa. “Por supuesto, conozco bien esta historia”, sonríe el joven empleado de 28 años. “Pero esta vez no habrá tacos. Seremos especialmente fieles a la longitud del recorrido, que era de unos 400 km”.
Aunque cuenta con el apoyo de sus compañeros, que han hecho suya su idea, Émilien Mottet también cuenta con muy buenas reacciones a nivel local. “Avanzamos a paso lento pero seguro. Me contactan de todas partes, sobre todo de las asociaciones ciclistas que han organizado las últimas ediciones. Y creo que la ciudad de Clermont-Ferrand también podría estar interesada”. Y para convencer a la gente, este apasionado de las salidas de larga distancia no dudó en probar el recorrido con dos amigos a mediados de septiembre: “Hicimos el recorrido en 17 horas, con paradas en la tienda de comestibles y una pizza al final. Realmente queremos que sea un recorrido tranquilo. Es bastante plano, salvo un pequeño bache. Nos dirigimos principalmente a ciclistas aficionados que quieran pasar un buen rato”.
Un recorrido que respeta la carrera lanzada por Michelin pero que añade novedades, siempre en relación con la empresa de Auvernia. “Estoy pensando en hacer una parada para repostar en Bourges a mitad de recorrido. Tenemos una fábrica Michelin así que la idea sería también aprovechar a los locales. Y, para la llegada, el objetivo sería acabar con una vuelta al circuito de Ladoux, en el Centro de Investigación Michelin”.
Pero antes de eso, Émilien Mottet debe conseguir financiación para el evento, con un objetivo claro en mente: “El evento podría relanzarse a finales del verano de 2025”.
