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En París, el bar lésbico Mutinerie corre el riesgo de cerrar

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Rue Saint-Martin, este lugar autogestionado acoge eventos culturales y solidarios desde 2014. Está en quiebra tras importantes deudas contraídas a causa de la pandemia de Covid-19.

Francia, París, 24/03/2023. El motín, rue Saint-Martin, París. Foto Noémie Coissac/Hans Lucas

Por Paulina de Quatrebarbes

Publicado el 2 de octubre de 2024 a las 4:00 pm

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DEn la festiva calle Saint-Martin, destaca un lugar con su escaparate negro con barras de color rojo vivo junto a una obra multicolor del artista callejero Kashink. Delante, una multitud de clientes charla, copa en mano, esperando el inicio de un espectáculo de drag queen o de un concierto de punk. La Mutinerie, un lugar de encuentro lésbico inaugurado en 2014, corre peligro de desaparecer por falta de recursos. El 6 de septiembre, el colectivo Mutinerie publicó un largo texto en Instagram explicando la situación legal y fiscal del lugar. Colocado a petición suya en quiebra desde el 7 de marzo, para frenar el aumento de sus deudas acumuladas durante varios años, deberá demostrar su fiabilidad antes de noviembre.

Este local queer, que ofrece una programación cultural respaldada por eventos solidarios (dj sets, conferencias, cursos de autodefensa feminista, oficinas de asociaciones, grupos de discusión, etc.) siempre ha funcionado en régimen de autogestión. Una elección política que impide que el colectivo obtenga beneficios, pero que permite que cada empleado reciba una remuneración adecuada. En 2018, el local, víctima de su éxito, recibió varias denuncias por contaminación acústica del barrio. Está obligado a realizar pesados ​​trabajos de insonorización. Un primer duro golpe, amortiguado por un llamamiento a donaciones bastante exitoso. “El fondo de premios nos dio 30.000 euros en honorarios de los 50.000 euros que teníamos que adelantar, explica Jules del colectivo Mutinerie. ¡Siempre hemos sido muy apoyados por la comunidad! »

¿Un efecto olímpico?

Dos años después, la pandemia de Covid-19 y el confinamiento recrearon un enorme agujero en los fondos del Motín. A pesar de las ayudas estatales, el colectivo no puede pagar su deuda y, el 7 de marzo de 2024, entró en quiebra. ¿El objetivo? Bloquee su deuda con Urssaf y evite que se incremente con los intereses. « A partir de marzo liberamos más presupuesto cada mes, empezamos a ver el final. Y en julio, sin previo aviso, registramos nuestra peor cifra, testifica Jules. Como muchos bares, creemos que los Juegos Olímpicos han expulsado de la capital a nuestra clientela habitual…”

Al comparecer ante el tribunal este verano, el colectivo se arriesgó a la liquidación y la venta de su negocio al mejor postor. Después de un recurso en las redes sociales y de una reciente explosión de asistencia al establecimiento, el tribunal finalmente le concedió un plazo para recuperarse y demostrar su atractivo.

Esta situación preocupa especialmente a Frédéric Hocquard, teniente de alcalde de París encargado del turismo y la vida nocturna. Sin embargo, el diputado ha apoyado a menudo indirectamente el espacio, ayudando a instalar una terraza después del Covid o recurriendo a buenos acústicos. Pero nunca directamente, dándole dinero. “No tenemos derecho a ayudar económicamente a los bares, explica Frédéric Hocquard. A diferencia de la Flecha de Oro a la que ayudamos recientemente, la Mutinerie no tiene licencia de contratista de espectáculos y tampoco es una sala de conciertos. No tenemos fondos de apoyo… “. El diputado se muestra preocupado por el tema y comprometido con la sostenibilidad de estas sedes militantes: “París es una ciudad de libertad; Necesitamos lugares para compartir esta libertad.. Estos espacios son también lugares de protesta, en un momento en el que cada vez es más difícil gritar cuando es necesario… ¡Hay que poder salvarlos! » En el Ayuntamiento, en cualquier caso, todo parece estar hecho para ayudar al Motín: “Nos comunicamos, buscamos asociaciones o mecenas para hacerse cargo de las deudas… Un particular salvó recientemente el cine La Clef, ¡así que creemos en ello! »

El colectivo Mutinerie se mantiene positivo ante la adversidad. El bar sigue viendo aumentar su facturación y contando con el apoyo de su fiel clientela. Para saldar sus obligaciones económicas y asegurarse, el colectivo quisiera desarrollar su centro asociativo y obtener subvenciones: “Esto nos permitiría recibir un pago por lo que ya hacemos en el sitio, explica Julio. Actualmente estamos organizando grupos de apoyo, clínicas y talleres con un trabajador social para ayudar a las personas a defender sus derechos… Quizás podríamos conseguir ayuda para seguir haciendo este trabajo.. » Hasta finales de noviembre es posible apoyar al bar tomando una copa allí con amigos. ¿Hemos visto alguna vez una manera más placentera de involucrarse?

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