Una cuarta parte de los directivos belgas no contrataría a alguien que ya haya padecido trastornos mentales, según un estudio de la Escuela de Gestión de Amberes publicado el jueves.
Aunque las empresas prestan cada vez más atención a la salud mental de sus trabajadores, casi la mitad de los empresarios siguen convencidos de que los empleados con problemas de salud mental pueden tener un impacto negativo en la moral de sus compañeros, según esta encuesta realizada entre 2.500 personas. A finales de 2022, nada menos que 125.700 belgas estaban de baja por enfermedad desde hacía al menos un año debido a trastornos mentales.
Entre los encuestados, el 28% ya ha sufrido trastornos relacionados con el estrés, el 21% depresión, el 19% burnout y el 17% trastornos de ansiedad.
Parte del problema parece residir dentro de las propias organizaciones. De hecho, casi cuatro de cada diez directivos no se sienten apoyados por su empresa para apoyar a las personas que padecen trastornos mentales. Los directivos reciben poca formación sobre aspectos de prevención y apoyo. Parece que una minoría (7%) de los directivos intenta activamente separarse del personal que sufre trastornos mentales.
Finalmente, la encuesta concluye que empresarios y empleados no atribuyen las mismas causas a los problemas de salud mental. Los primeros señalan la vida privada como el factor principal, mientras que los segundos consideran la presión laboral como el tema principal.
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