Juegos Olímpicos-2024: el Instituto Pasteur en la parrilla de salida para recibir a los turistas y sus… virus

Juegos Olímpicos-2024: el Instituto Pasteur en la parrilla de salida para recibir a los turistas y sus… virus
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“Sabemos que corremos el riesgo de que movilicen mucho más de lo habitual, pero nos estamos preparando desde hace 18 meses”: Jean-Claude Manuguerra ha visto a otros. Este virólogo del Instituto Pasteur dirige la Unidad de Intervención Biológica de Emergencia (Cibu), en primera línea desde hace 20 años frente a nuevos patógenos.

“La célula nació en septiembre de 2002, un año después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, por iniciativa de la Dirección General de Salud”, rebobina. Esta estructura, que funciona los siete días de la semana y las 24 horas del día, se puso en marcha después del envío de sobres contaminados con ántrax a Estados Unidos y de varias alertas en Francia, que resultaron ser engaños. Su función: vigilar y detectar todos los riesgos infecciosos (epidemias, accidentes o posible uso de armas de origen biológico) que puedan amenazar la seguridad sanitaria de Francia.

Sars, gripe H1N1, chikungunya, Covid-19… un gran número de virus ya han circulado por sus laboratorios para ser examinados y analizados. Las muestras toman diferentes “circuitos” dependiendo de la supuesta nocividad de la muestra.

gripe o dengue

En el caso de un agente infeccioso potencialmente muy peligroso para el ser humano, los análisis se realizan en un laboratorio de tipo P3, “en algún lugar del Instituto Pasteur”, explica Jean-Claude Manuguerra, deliberadamente impreciso porque debe mantener en secreto su ubicación. Posteriormente será necesario traje completo, mascarilla FFP3, guantes y cubrebotas.

El último virus identificado entre sus paredes: el de la rabia, tras la muerte de unos mineros de oro en el bosque de Guyana, “mordidos por murciélagos vampiros”, informa el jefe de la célula. Los análisis realizados en Pasteur permitieron comprender la causa de sus muertes.

De cara a los Juegos Olímpicos, Cibu se ha preparado para cambiar de escala para “diagnosticar una gama de virus y bacterias mucho más amplia de lo habitual”. Debido a la esperada mezcla de poblaciones que llegarán de todos los puntos del planeta, algunas enfermedades podrían propagarse gracias al evento deportivo. Por ejemplo, la gripe, “ya ​​que será invierno en el hemisferio sur”, o el dengue, que actualmente hace estragos en América del Sur y el Caribe.

Las pruebas de PCR, la secuenciación de alto rendimiento y la metagenómica son técnicas utilizadas por la veintena de personas (científicos, técnicos e ingenieros) que trabajan en la célula.

Secuenciación de emergencia

Para cumplir su papel de perro guardián frente a las amenazas infecciosas, el Covid-19 ha sido claramente un acelerador. “Cuando (la variante) Omicron apareció en todo el mundo, las autoridades sanitarias francesas quisieron saber lo antes posible cuándo llegaba y dónde”, recuerda Jean-Claude Manuguerra. “En noviembre de 2022, se les pidió que establecieran un sistema de secuenciación de emergencia, que incluyera noches y fines de semana”. En caso de riesgo epidémico durante los Juegos Olímpicos, la unidad se está preparando para realizar diagnósticos lo más rápido posible.

A partir de una sola muestra, ahora podemos buscar hasta cuarenta virus o bacterias y obtener una respuesta en unas pocas horas.

“Hemos desarrollado las llamadas pruebas ‘multiplex’: a partir de una sola muestra, ahora podemos buscar hasta cuarenta virus o bacterias y obtener una respuesta en unas pocas horas”, afirma Jessica Vanhomwegen, jefa de identificación viral. centro en Cibu.

Si aparece una gran epidemia, tenemos que estar preparados.

Entre los más riesgosos se encuentran la gripe aviar altamente patógena o los casos importados de un virus tropical como el ébola, por ejemplo, ilustra. “Nos hemos centrado en los patógenos más mortíferos y transmisibles para poder detectarlos”, asegura.

Para este período, la unidad ha revisado su organización: los fines de semana se movilizarán cuatro personas, frente a las dos habituales. Si es necesario, también se puede desplegar sobre el terreno un laboratorio móvil: una campana totalmente hermética en la que es posible manipular una muestra potencialmente peligrosa. “Si aparece una gran epidemia, debemos estar preparados”, resume Jean-Claude Manuguerra.

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