Opositor a medidas sanitarias por Covid-19 no podrá volver a trabajar como guardia penitenciario

Opositor a medidas sanitarias por Covid-19 no podrá volver a trabajar como guardia penitenciario
Opositor a medidas sanitarias por Covid-19 no podrá volver a trabajar como guardia penitenciario
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Cientos de personas rodean a Sacha B. el 4 de diciembre de 2021 en Kinnekswiss. La atmósfera está en ebullición. “Ciudadanos sin libertad. Dictadura asegurada” o “Estoy dispuesto a perderlo todo para conservar mi libertad”, se puede leer en los carteles entre la multitud. Grabaciones de vídeo, incluida la palabra luxemburguesa Se dio cuenta de que Sacha B. agarra un megáfono. “Vamos a la Place d’Armes, cerca del mercado de Navidad”, anuncia el joven de 27 años.

Tras la movilización de los manifestantes, la situación se agravó. Primero, derribaron las barreras del mercado navideño cerca de Gëlle Fra, ignoraron las normas de control de COVID vigentes en ese momento y asaltaron la Place de la Constitution. Escenas similares se repitieron en la Place d’Armes. Más tarde, un grupo se dirigió a la casa del entonces primer ministro, donde los manifestantes pidieron al unísono su dimisión, lanzaron huevos y dañaron el coche del marido de Xavier Bettel.

La manifestación no había sido anunciada con antelación. Después de que el gobierno anunciara unos días antes que endurecería las restricciones en el contexto de la pandemia, circularon en las redes sociales convocatorias a una “Concentración Nacional”. Según revelan las investigaciones del palabra luxemburguesa A finales de 2021, Sacha B. habría sido uno de los principales presuntos iniciadores del movimiento. Para este hombre, que en aquel momento trabajaba como guardia de la prisión de Schrassig, su papel en el movimiento de protesta contra las normas de la COVID-19 tuvo consecuencias profesionales que todavía hoy son objeto de litigio ante el tribunal administrativo.

Larga lista de reproches

A finales de diciembre de 2021 se abrió un procedimiento disciplinario contra Sacha B., que dos días después fue detenido por la policía por su comportamiento durante una manifestación no declarada. Poco después también fue suspendido de sus funciones. A finales de abril de 2022, el consejo disciplinario decidió finalmente retirarle la condición de funcionario. Sacha B. perdió así su trabajo.

El hombre recurrió la decisión ante el tribunal administrativo. Dos años después, a principios de septiembre, los jueces confirmaron la sanción. palabra luxemburguesa pudo consultar los fundamentos escritos de la sentencia.

La lista de presuntas faltas de conducta de Sacha B. es larga. Se le acusa de haber infringido las normas de la función pública, entre otras cosas, desempeñando un papel clave en la organización de protestas no declaradas y difundiendo teorías conspirativas en las redes sociales.

También se le acusa de conducta indebida en su lugar de trabajo. No sólo habría hecho declaraciones cuestionables, sino que también habría infringido las normas al llevar su teléfono móvil a la prisión de Schrassig y habría calificado la prisión de «campo de trabajo».

Declaraciones dudosas

Durante la pandemia de COVID-19, Sacha B. se convirtió en portavoz de los opositores a la vacunación y a las medidas anti-COVID. Sus contribuciones en las redes sociales le permitieron llegar a una gran audiencia. En sus declaraciones, restó importancia a los riesgos de la pandemia y difundió el miedo a las medidas de protección del gobierno valiéndose de teorías conspirativas. Por ejemplo, en una publicación del 29 de noviembre de 2021, habló de la creación de un “Estado del apartheid de las vacunas con claros signos de fascismo de las vacunas” (nota del editor). En particular, acusó al gobierno de mentir y engañar deliberadamente a la población para discriminar a una minoría.

Durante el proceso, Sacha B. no negó haber hecho esas declaraciones, pero sí haber participado en la organización de las protestas. Supuestamente solo difundió las convocatorias de protestas en las redes sociales. El ex guardia de prisión considera que el proceso disciplinario vulneró su derecho a la libertad de expresión. Tenía derecho a criticar las medidas adoptadas por el Gobierno. Hizo esas declaraciones como particular y no como funcionario.

“Descalificado profesionalmente”

Ni la comisión disciplinaria ni el tribunal administrativo comparten este argumento. Así, la sentencia del consejo disciplinario establece que “ser funcionario no significa renunciar a una opinión personal o no compartirla nunca”. Lo que importa es cómo se expresa esa opinión. Sacha B. se ha “descalificado profesionalmente” al socavar sistemáticamente los esfuerzos del gobierno difundiendo teorías conspirativas.

En su sentencia, el tribunal administrativo subraya que la revocación de la condición de funcionario es una sanción adecuada. Se alega que Sacha B. ha cometido una falta grave. Como funcionario, se ha pronunciado públicamente contra las medidas del Gobierno con un lenguaje especialmente inapropiado. Esta sentencia aún no es firme.

Este artículo fue publicado originalmente en el sitio web de Luxemburger Wort.
Adaptación: Pascal Mittelberger

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