Los sorprendentes secretos de las aguas residuales

Los sorprendentes secretos de las aguas residuales
Los sorprendentes secretos de las aguas residuales
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Un grano de sal en una piscina olímpica. Esta es la magnitud de la detección, en aguas residuales, del procedimiento desarrollado por la gendarmería, con la ayuda de la Misión Interministerial de Lucha contra las Drogas y las Conductas Adictivas (Mildeca) y la Universidad de Lausana (Suiza). Evidentemente, los gendarmes no están buscando rastros de sal, sino de cannabis, cocaína, MDMA, metanfetaminas y medicamentos como la metadona, un opioide normalmente reservado para el tratamiento de dolores intensos y adicción a los opioides.

Precisión quirúrgica

El principio es sencillo: al ir al baño, los drogadictos eliminan, mediante la orina y la defecación, los residuos de la droga ingerida, inhalada o inhalada. Estos restos se detectan después en las aguas residuales. Una ventaja para la policía (pero también para las autoridades sanitarias), que les permitiría adaptar mejor sus aparatos. ¡Es como cambiar los viejos prismáticos por un telescopio o la lupa por un microscopio electrónico de barrido!

Para probar el proceso, se han llevado a cabo experimentos en zonas muy urbanizadas, pero también en zonas rurales. En junio de 2023, se han puesto en el punto de mira cuatro ciudades: dos grandes metrópolis –París y Marsella–, Le Boulou, una ciudad de los Pirineos Orientales con 5.200 habitantes, muy cerca de la frontera española, y Mamoudzou, capital de la isla de Mayotte (71.500 habitantes). El sistema ha dado sus primeros resultados y lecciones, de los que ha podido informarse Le Télégramme.

Resultados impactantes en las zonas rurales

¿Dónde se consumen más drogas? Contra todo pronóstico, en el campo. Y en proporciones espectaculares: en Le Boulou se consume el doble de cannabis (126,63 gramos al día por cada 1.000 habitantes), de cocaína y de crack (8,21 g), pero también cuatro veces más metadona (0,294 g) que en París (64,1 g, 3,88 g y 0,075 g). ¡El consumo también es mucho más elevado que el registrado en Marsella (105,28 g, 4,37 g y 0,073 g)! En cuanto a las drogas sintéticas (MDMA), Le Boulou se sitúa en segunda posición (0,50 g) por detrás de París (0,57 g) y por delante de Marsella (0,35 g).

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Según los resultados de las muestras tomadas en las aguas residuales, el consumo de drogas es mayor, en promedio, en la comuna de Le Boulou, cerca de la frontera española, que en París o Marsella. (Foto de la ilustración: Guillaume Horcajuelo/EPA)

Este resultado, sin embargo, debe tomarse con cautela (sólo se analizó un municipio, cerca de una frontera, donde el tráfico es más significativo), pero podría sugerir una subestimación del tráfico en las zonas rurales.

Estos datos permiten también medir las cantidades incautadas por las fuerzas de seguridad, que confirman que siguen siendo bajas: del 3% (cannabis en París) al 22% (cocaína y crack en París).

Más de mil millones de euros para París y Marsella

Otra ventaja: estimar, por extrapolación, los volúmenes consumidos por año y el volumen de negocio generado. Para París, el tráfico representaría 56 toneladas de cannabis y más de 486 millones de euros, casi 40 toneladas para Marsella y 345 millones de euros. ¡Y 277 kilos y 2,4 millones de euros para Le Boulou!

En total, con los cuatro tipos de droga detectados, llegamos a un volumen de negocio de 615 millones de euros en París, 455 millones de euros en Marsella (y 3,6 millones de euros en Le Boulou). Más de mil millones de euros para las dos ciudades más pobladas del país… cuando el volumen de negocio nacional de los traficantes se estima habitualmente en tan solo… tres mil millones de euros. ¿Otra subestimación?

En definitiva, según nuestra información, la gendarmería considera «esencial perpetuar este sistema de vigilancia del consumo», que desea extender a las ciudades medianas y otras zonas rurales, y a otras drogas, en particular las de síntesis.

El objetivo declarado no sería operativo, sino que tendría como objetivo medir el alcance de las políticas de represión y/o prevención. Al ser contactada, la dirección general de la gendarmería “no quiso hacer ningún comentario en este momento”.

Legalización del cannabis: ¿el dato que lo cambia todo?

Comparando los datos de la gendarmería con los del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT) recopilados en las grandes ciudades europeas, los resultados también son muy ilustrativos. Uno: París se sitúa en la mediana de las ciudades de Europa occidental, y no en la cima. Dos: el consumo de cannabis es más elevado en las ciudades donde se tolera este producto, como Ámsterdam y Barcelona. En estas dos ciudades, el consumo de cocaína y metanfetamina también es más elevado, lo que podría indicar que una fuerte oferta estimula el consumo. Hay que verificarlo, en particular para alimentar el debate sobre la legalización del cannabis.

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