Espacios exteriores poco acogedores, miedo a accidentes o malos encuentros: los jóvenes son cada vez más “niños de interior”, criados entre cuatro paredes y aislados de la naturaleza, lamenta el Alto Consejo de la Familia, un organismo que pide repensar la ciudad desde la perspectiva infantil.
“Los niños salen cada vez menos y pasan menos tiempo jugando en la naturaleza”, señala este informe del Alto Consejo Familiar para la Infancia y la Edad (HCFEA) sobre el lugar de los niños en “los espacios públicos y la naturaleza”, publicado el martes.
“El tiempo de permanencia en espacios públicos sin acompañamiento de un adulto y jugando al aire libre ha disminuido en favor de lugares privados y cerrados, y de actividades supervisadas y sedentarias”, apunta.
El espacio exterior es poco acogedor y percibido como peligroso para los niños: miedo a malos encuentros, a accidentes, peligro de vehículos motorizados, “aceras estrechas y abarrotadas, mal mantenidas o inexistentes”, calles sin comercios o sin iluminación.
El 77% de los alumnos de secundaria van acompañados durante el trayecto entre el colegio y el colegio, el 60% de los trayectos entre el colegio y el colegio de niños y adolescentes se realizan en vehículo motorizado (el 32% en coche), frente al 38% a pie y el 2% en bicicleta. , señala el organismo puesto bajo la autoridad de Matignon.
– “Cultura del dormitorio” –
Las necesidades de los niños son, según ella, “poco tenidas en cuenta a la hora de planificar espacios y territorios”, con normas y reglamentos que restringen o prohíben los juegos (pelota, deslizamiento, etc.), la exploración del espacio y la experimentación de riesgos, esenciales para la el desarrollo del niño.
El informe cita un proyecto de construcción de una escuela cuya entrada podría haber dado a un gran parque. “Los elegidos prefirieron la opción mineral, con un gran aparcamiento para dejar a los niños en coche y porque en los parques corríamos el riesgo de que hubiera drogadictos y jeringuillas”, explica el arquitecto Gaëtan Engasser, citado en el documento.
“Hace una generación, estábamos felices de sacar a nuestros hijos y les recomendábamos que pasaran tiempo al aire libre con amigos y vecinos. Hoy, cuando están al aire libre, tendemos a verlos abandonados o en peligro”, explica a la AFP el presidente de. la HCFEA Sylviane Giampino.
El confinamiento, las restricciones de movilidad, el cierre de clases, espacios deportivos y culturales durante la crisis del Covid han reforzado esta “cultura de dormitorio” donde las amistades ahora se dan a través de las redes sociales y las distracciones (juegos, películas y vídeos).
– Mejores prácticas –
Uno de cada cinco niños tiene padres que trabajan los fines de semana, a pesar de que es el día favorito para la familia y las salidas al aire libre.
Las consecuencias de este repliegue en el hogar son múltiples: falta de actividad física, obesidad, puertas domésticas cerradas, pérdida de vínculos sociales e intergeneracionales, problemas de salud mental, consumo excesivo de pantallas.
Francia ocupa el puesto 22 entre los 25 países más ricos en términos de actividad física entre los adolescentes de 11 a 17 años, según un estudio publicado en 2020 en The Lancet.
Al estar menos acostumbrados a la naturaleza, los niños corren el riesgo de ser menos conscientes de su importancia, advierte también la HCFEA, que habla de una “extinción de la experiencia de la naturaleza” o “amnesia ambiental”.
El Alto Consejo recomienda “abrir la ciudad a los niños” y enumera, en este informe de 252 páginas, las buenas prácticas de las ciudades que se ponen a la altura de los niños, en Francia y en el extranjero.
Recomienda desarrollar parques, senderos plantados, jardines compartidos y dar espacio a la naturaleza en la ciudad (terrenos baldíos, estanques, etc.). Entre las sugerencias, reverdecer los patios de las escuelas, hacer “la ciudad verde del cuarto de hora”, donde un espacio verde sea accesible en un cuarto de hora a pie, “diseñar ambientes para caminar, jugar, descansar, reunirse, la necesidad de lentitud”.
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