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Editorial La República del Sena y del Marne
Publicado el
29 de noviembre de 2024 a las 7:00 a.m.
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Son encuentros que impactan el futuro de quienes los viven… Cassandre Verdier y Elena Cadouin, fundadoras del estudio In Sinu Architectes Barbizon Paris, son el ejemplo perfecto. Fue en los bancos de la ENSAPVS (Escuela Nacional de Arquitectura París Val de Seine) donde se conocieron.
Un dúo al frente del estudio In Sinu Architectes Barbizon Paris
“Somos diferentes y al mismo tiempo muy complementarios”, explica Cassandre Verdier. Elena es la parisina que viene a pasar sus fines de semana al bosque para escapar de la ciudad y yo soy la Barbizonnaise que pasa los suyos en la capital. Ser tan opuestos uno del otro sólo podría formar un dúo eficaz”.
Dicho y hecho, una vez que obtuvieron sus diplomas, arquitecta titulada por el Estado para Elena y arquitecta autorizada para gestionar proyectos en su propio nombre, para Cassandre, decidieron abrir su agencia, In Sinu Architectes, cuyo nombre ya resume bien el estado de ánimo.
Para los dos socios, In Sinu tiene un significado muy preciso.
“Tenemos que entenderlo en el sentido de insinuar el paisaje en el trabajo que creamos”, explica Cassandre Verdier. En un nuevo programa o una gran reforma lo que buscamos es la armonía entre los elementos, entre el material que forma la vivienda y el marco que la rodea. Utilizamos materiales nobles y ancestrales: madera, piedra, cáñamo a los que damos nueva vida. »
Para lograrlo, los dos socios trabajan con artesanos locales. “Nuestras creaciones tienen así un alma, una historia gracias a este vínculo vernáculo entre la materia y el habitante”, sonríe.
Lo admiten fácilmente: el entorno del pueblo de los pintores fue para ellos una auténtica fuente de inspiración. Esta relación entre arte y paisaje ha sido un catalizador de lo que ofrecen a sus clientes, confrontando el entorno de la cuna del impresionismo con su profesión de arquitectos.
“Del suelo al techo”
Premiadas en varios concursos, las dos jóvenes han conseguido una clientela tanto privada como profesional. “Hemos diseñado la bodega de la finca Teyras de Grandval, en la región de Saumur, por ejemplo, o el proyecto de las piedras de Irancy en Yonne, donde Elena vio triunfar su proyecto, donde fue necesario intervenir en casas de viticultores abandonadas. »
¿Su objetivo? Devuélvelos a la vida e integra usos contemporáneos sin distorsionarlos. “Para lo nuevo, como para lo viejo, nuestras creaciones van del suelo al techo, también para los muebles, ofrecemos lo que mejor combina, siempre con el objetivo de preservar esta armonía y, en definitiva, sentirte bien en el lugar de tu vida”, concluye.
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