Sensación de saciedad y optimización de la digestión.
Beber un vaso de agua antes de comer puede ayudar a reducir el hambre y evitar comer en exceso. El agua ocupa temporalmente el estómago, enviando señales de saciedad al cerebro. Como resultado, es menos probable que comas grandes cantidades. Las investigaciones han demostrado que quienes beben agua antes de las comidas tienden a consumir menos alimentos e ingerir menos calorías en general. El agua juega un papel crucial en el proceso digestivo. Beber un vaso de agua antes de comer prepara tu sistema digestivo para recibir los alimentos. Ayuda a disolver los nutrientes y facilita su absorción. Además, una buena hidratación mejora el tránsito intestinal y previene el estreñimiento, que suele asociarse a ciertas dietas. Así, este sencillo hábito puede contribuir a una mejor digestión y al bienestar digestivo en general.
Reducción de calorías líquidas
Las bebidas azucaradas y los refrescos a menudo añaden calorías vacías a nuestra dieta sin aportar nutrientes esenciales. Si opta por beber agua antes de comer, tendrá menos probabilidades de consumir estas bebidas calóricas durante la comida. Reemplazar las bebidas azucaradas por agua no solo reduce la ingesta de calorías, sino que también ayuda a prevenir picos de azúcar en sangre, lo que contribuye a un mejor control del peso.
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