El patrón del Guyot Environnement Water Family se tomó el tiempo de filmar el inicio de una microsiesta a bordo de su monocasco. Abróchate el cinturón y sube el volumen.
El sueño es una cuestión clave para los 40 participantes de la Vendée Globe que emprenden una gira mundial de al menos 70 días. Un viaje en el que los patrones tendrán que adaptarse durmiendo una media de cuatro a seis horas diarias con microsiestas de unos 30 minutos pero que pueden variar de 10 a 40 según las condiciones de navegación.
Benjamin Dutreux, que se encontraba en una buena duodécima posición el miércoles por la tarde, a 130 millas del líder Yoann Richomme, se tomó el tiempo de filmar los momentos que preceden a una de estas breves pausas imprescindibles para que el cuerpo se recupere.
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En su Imoca de 2015, el regatista de 34 años, revelación de la edición anterior en la que obtuvo un excelente noveno puesto, demuestra hasta qué punto el malestar está presente. Sin embargo, hay que encontrar la manera de cerrar los ojos y relajar los músculos en bancos hechos a medida que se mueven constantemente en un estrépito incesante.
Los navegantes, acostumbrados a estas condiciones, no pueden ponerse tapones en los oídos para estar constantemente atentos a lo que sucede en el barco. El oído sigue siendo el primer sentido que se pone en alerta cuando ocurre un acontecimiento inusual a bordo de estos monocascos de 18 metros de eslora.
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“Si te preguntas cómo es descansar en un Imoca, aquí lo tienes. Estoy en mi litera hecha con mucho cariño. También tengo visibilidad en mi pantalla justo al lado. Puse mi alarma durante 30 minutos, es bastante agitado y ruidoso”explica el patrón que se tomó el tiempo de quitarse el casco para tener un poco más de comodidad. Un poco de lujo.
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