Después de un mes de octubre divino, el Lille quiere permanecer en la nube a principios de noviembre contra el Lyon, este viernes (21:00 horas) en el Stade Pierre-Mauroy, cuatro días antes de recibir a la Juventus en la Liga de Campeones.
Sin duda, en su historia, Losc no ha vivido un mes más bonito que el de octubre de 2024. Comenzó con un éxito rotundo en casa contra el Real Madrid (1-0), continuó contra Toulouse (2-1) y luego por un punto en Mónaco (0-0), antes de derrotar al Atlético (3-1), otro grande de España, en Madrid, y concluir con una victoria en Lens (2-0) en el derbi contra su odiado rival.
El club del norte empieza con buen pie la Liga de Campeones con seis puntos en tres partidos y 17 en la Ligue 1, lo que le sitúa en la cuarta plaza empatado con el Marsella, que le precede por diferencia de goles.
“Obviamente es gratificante”, admite el entrenador Bruno Genesio. Estamos orgullosos de estas actuaciones pero nos cuestionamos a nosotros mismos, al personal, a los jugadores y a mí mismo, para no caer en la monotonía y dejarnos llevar.
Esta exigencia debería permitir a los Mastines correr al mismo ritmo frenético en noviembre, donde todavía tendrán que alternar entre el campeonato y la escena europea.
El club del norte comienza este nuevo capítulo de su temporada contra el Lyonnais (7º, 14 puntos), que se queda con dos resultados decepcionantes (derrota en la Europa League contra el Besiktas y empate 2-2 contra el Auxerre).
David y Goliat
Para este encuentro en el Stade Pierre-Mauroy, los norteños seguirán contando con su delantero Jonathan David, que acumula goles desde el inicio de la temporada (once en todas las competiciones, incluida la fase de clasificación para la C1).
El canadiense de 24 años ha estado en el centro de las recientes hazañas del Lille, marcando contra el Real, dos veces contra el Atlético y en Lens, consolidándose como el líder del pelotón.
A su paso, todo el conjunto del Lille parece haber alcanzado un hito mental. Incapaz de resistir con demasiada frecuencia la presión de los grandes carteles la temporada pasada, especialmente lejos de Villeneuve-d’Ascq, el Lille logró su viaje de tres partidos en nueve días siendo sólido y oportunista cuando era necesario.
¿El signo de una fuerza laboral madura? “Tenemos un grupo fuerte mentalmente, en la capacidad que tienen los jugadores de trascender, de estar unidos, de sacrificarse en los momentos débiles de un partido”, se alegra Bruno Genesio. Por ejemplo, en el partido de Toulouse, que fue tres días después del de la Real, tuvimos muchas dificultades en la primera parte (perdíamos 1-0 al descanso, N.D.), sentimos que era difícil y pudimos capaz de revertir la tendencia”.
Sin embargo, en la preparación mental, “nada ha cambiado”explica el entrenador de 58 años. “He insistido mucho en esto desde el inicio de la temporada”, señala. Ganar contra las dificultades también aporta mucha confianza. Pudimos invertir la tendencia después de este partido en Saint-Étienne (derrota por 1-0, ndr) con un partido contra Estrasburgo (2-2 en el Stade de la Meinau, ndr) donde también nos encontramos en dificultades. Pudimos remontar el marcador al final del partido y sumar un punto que, en ese momento, no era satisfactorio pero que sin duda fue el punto de partida de algo. El comienzo de una serie memorable que los habitantes de Lille no quieren que termine.
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