En desventaja durante mucho tiempo, los monegascos lograron un empate casi inesperado contra el Dinamo Zagreb (2-2)
Bajo la avalancha de Zagreb, donde algunos valientes aficionados monegascos se desplazaron, el Mónaco estuvo a punto de hundirse ante el Dinamo (2-2). Pero en el deporte, la mentalidad y el carácter suelen tener prioridad sobre el físico. Gracias a dos goles tardíos de Salisu (74º) y Zakaria (90º), los jugadores de Rocher lograron un empate casi inesperado en territorio hostil. Un empate que, sin embargo, no confirma la hazaña lograda el 19 de septiembre contra el Barcelona (2-1).
Desde el principio la presión fue croata. El defensa Salisu tuvo que hacer todo lo posible para evitar el primer gol del Dinamo (4mi) con un bonito disparo de Baturina. Antes del cuarto de hora de juego, los jugadores de Rocher tuvieron una gran oportunidad pero Minamino falló su cara a cara. El resto fue más confuso, con cinco tarjetas amarillas repartidas (dos para el Mónaco, tres para el Dinamo Zagreb). Pero eso sin contar el primer gol de Susic después de un trabajo fantástico de Baturina (otra vez él) antes de regresar al vestuario.
Zakaria entrega Mónaco
Al volver del vestuario, pocas o ninguna oportunidad. Los regresos del prodigio Ilenikhena, Balogun, Ben Seghir y luego Diatta trajeron nueva vida. Pero el muy inquieto Baturina dio en el clavo jugando con la defensa monegasca y lanzando perfectamente su disparo (66º). Fue entonces cuando, en un córner fallido, los jugadores del Principado reaccionaron y redujeron el marcador gracias al defensa Salisu, con un cabezazo (74º). De nuevo había esperanza… Al final del tiempo reglamentario, Balogun fue empujado al área y Zakaria, de penalti, dio el empate a su equipo. Los jugadores de Adi Hütter regresan de Zagreb con una sonrisa y se enfrentarán al Estrella Roja de Belgrado el 22 de octubre en un partido que todavía está a su alcance.
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