El meteórico ascenso del piloto fallecido en 1994. Un biopic que encuentra su verdadera fórmula en el duelo titánico entre Alain Prost y Magic Senna.
Mucho antes de Max Verstappen, mucho antes de Lewis Hamilton o incluso de Michael Schumacher, existía sen ! Una auténtica leyenda de la Fórmula 1, fallecida con tan solo 34 años, el piloto brasileño nos lo cuenta como nunca, treinta años después de su muerte, en una entrañable serie de Netflix.
Esta coproducción estadounidense-brasileña transcribe el viaje del campeón de Fórmula 1, bajo la atenta mirada de su familia, hasta la tragedia de Imola.
En concreto, la miniserie opta por un marco cronológico, destacando la rabia del hombre por vencer contra viento y marea, así como su apego a su país natal (hasta su giro hacia la filantropía). Un biopic que corre a toda velocidad y que lucha, a primera vista, por calmarse, vacilando entre las aspiraciones del piloto del casco amarillo (interpretado por gabriel leonavisto en el ferrari de Michael Mann) y su eterna rivalidad con Alain Prost. Más sen gana precisamente en poder cuando se la considera como una continuación espiritual de Correr de Ron Howard (2013), que narra el enfrentamiento espejo de James Hunt y Niki Lauda en el mismo campo.
La serie de Netflix opta por un enfoque análogo, mostrando a un piloto que se supera a sí mismo (al encontrar frente a él figuras femeninas que son otros tantos viáticos en su viaje), y que acaba encontrando sentido a su vida en esta famosa rivalidad con su némesis. Los dos hombres se desafiarán y respetarán mutuamente y es en sus duelos en la pista, en sus luchas mano a mano capturadas a toda velocidad o en las negociaciones detrás de escena donde la serie emociona. El personaje de Niki Lauda (Johannes Heinrichs) también hace el enlace. Es raro pero omnipresente, como si observara la acción desde la distancia. Cada una de sus apariciones actúa como un paso de testigo.
Senna, en Netflix, seis episodios, para ver a partir del 29 de noviembre de 2024
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