Fue una increíble aventura la que vivió un piloto de Fórmula 1 a su llegada a territorio americano para el Gran Premio de Las Vegas.
Yuki Tsunoda, piloto de Fórmula 1 de Racing Bulls, vivió una situación inusual al llegar a Estados Unidos para participar en el Gran Premio de Las Vegas. Un incidente que podría haber comprometido su presencia en parrilla este fin de semana.
A su llegada a suelo americano, Tsunoda fue interceptado por los servicios de control fronterizo. Le confió que había sido
“a punto de ser despedido” en su país.
“Después de varias discusiones, finalmente aceptaron dejarme entrar.explicó durante una rueda de prensa en Las Vegas. Fue una situación extraña, porque tenía todos mis documentos en regla, como en otros Grandes Premios recientes”.
A pesar de sus intentos de aclarar su situación, el proceso resultó más complejo de lo esperado: “Duró dos o tres horas, que parecieron una eternidad. No es que fuera mi primera visita a Estados Unidos este año. Todo había ido bien hasta ahora”.
Aislado y sin asistencia
El piloto japonés también destacó un aspecto frustrante de esta experiencia: no pudo beneficiarse de ayuda externa.
“Viajaba con mi preparador físico, pero en la aduana cada uno toma su camino. Cuando me metieron en una sala para el interrogatorio, le pregunté si podía acompañarme o si podía llamar a mi equipo. Simplemente me negaron. “.
Privado de toda comunicación, Tsunoda se encontró solo frente a los agentes, intentando demostrar su identidad y su condición de piloto de Fórmula 1.
El detalle insólito: el pijama como único outfit
Para aumentar lo absurdo de la situación, Tsunoda estaba en pijama durante este incidente. Un outfit que, según él, no jugó a su favor.
“Probablemente no parecía un piloto de F1bromeó. El agente me hizo preguntas muy personales, incluso sobre mi salario. Fue realmente incómodo, porque sentí que si decía la palabra equivocada, las cosas podrían empeorar”.
A pesar de este percance, Tsunoda finalmente pudo regresar a Las Vegas y concentrarse en el Gran Premio: “Ya todo quedó atrás y estoy listo para luchar en la pista”.
Esta anécdota nos recuerda que ni siquiera las estrellas de la Fórmula 1 son inmunes a los peligros de los controles fronterizos, especialmente cuando un simple detalle como un atuendo informal puede complicar las cosas.