ENTREVISTA – Cerca de la jubilación, el estadounidense de 52 años con premios XXL hace balance de la evolución de su disciplina y de los océanos tras treinta años de competición al más alto nivel.
Conocer a Kelly Slater en París es un poco como encontrarse con un oso polar en el desierto. Una incongruencia. El mayor surfista de todos los tiempos no pertenece a la ciudad sino a las playas, con la tabla bajo el brazo y la lycra en el cuerpo, cerca de los mares y océanos del mundo. Pero estuvo allí, en los Campos Elíseos, para la inauguración del pop-up de Breitling, la marca de relojes que celebra su 140º aniversario y de la que es embajador (miembro del “Surfer Squad”). Y la oportunidad era demasiado buena.
A sus 52 años, el estadounidense fue expulsado del circuito mundial de élite por primera vez y su retirada está cerca. Él, el tímido de Cocoa Beach (Florida) que llegó a ser once veces campeón del mundo, el pionero con una carrera de más de treinta años y más de cincuenta victorias, ¿cuántas entrevistas más dará? Para El Fígarohabla de la evolución de su disciplina y de los océanos, de su relación con la notoriedad, pero también de su lugar en la historia del deporte.
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